«Tontunas de visitantes». Anécdotas y disparates de los espectadores de museos

Cuando Zidane, Manises y «Fanfán Fitur» exponen en el museo

Un divertido grupo en Facebook recoge bajo el nombre de «Tontunas de visitantes» las mayores ocurrencias y anécdotas de los espectadores de los principales museos españoles, compiladass con ironía e ironía por su personal de taquillas y de sala

Museo Thyssen
Un grupo de visitantes escucha las explicaciones de un guía del Museo Thyssen

«Perdone, ¿me da una entrada para Fanfán Fitur?». En realidad, el aguerrido visitante se refería a la muestra de Fantin-Latour del Prado, pero no es el único caso de despiste. Hay quienes han solicitado acceso para las exposiciones de Durero y «Crunch» (léase Cranach), la de Manises(Matisse, del que por el momento se desconoce su procedencia valenciana), Zidane (ese Cézanne que dejó los pinceles por las botas) o los «Jardines impresionantes» (mucho mejor que «impresionistas») del Thyssen.

Estas anécdotas y muchísimas más se recogen en «Tontunas de visitantes», un grupo creado en Facebook por personal de taquilla y auxiliares de sala de los principales museos españoles y que en muy poco tiempo ha crecido como la espuma en número de seguidores (son más de 200) y «posteos» (está visto que la memoria de sus responsables es inagotable), con los que recuerdan las ocurrencias y dislates más imprevisibles con los que han tenido que enfrentarse (y se enfrentan a diario) en el ejercicio de su profesión. Como los de aquellos visitantes que preguntan por la entrada del museo cuando ya están dentro o que confunden lo ser «amigo» de un espacio artístico con haberle dado un like a la institución en la red social de Mark Zuckerberg.

«No hay día que no surjan una o más anécdotas, algunas de las caules son realmente hilarantes –explica Álvaro Gurrea Suárez, administrador del grupo y auxiliar de sala en un importante museo madrileño–. Y muchas veces nos hemos propuesto recopilarlas para que no se pierdan, pero nunca dábamos el paso». Ese momento ha llegado ahora, aunque sea desde el ámbito virtual, con aportaciones que provocan la sonora carcajada:

-Aquí tiene su entrada. Tiene que comenzar la visita con Matisse [otra vez Matisse], al fondo de aquel pasillo, y después puede visitar la colección permanente cuando quiera.

(La señora coge su ticket y empieza a mirar con preocupación hacia todos lados. Finalmente, se decide y pregunta)

-Disculpe. ¿y por dónde dice que viene el tal Matisse a recogerme?

O la siguiente:

-¡Oiga! ¿esto del Thyssen es lo de Tita? [son muchos los visitantes que se desconciertan al saber que no es la autora de todos los cuadros de su colección; o que no está pasenado todo el día por las salas; o que quieren conocer en qué árbol exacto del Paseo del Prado se encadenó para hacerse un «selfie» en la misma pose]

-Sí, el apellido y parte de su colección. 

-¿Y tiene expuesta la corona de Miss España, objetos del Barón y de su marido el Tarzán?

-Caballero: esto es un museo de pintura, no de objetos personales.

-Aaah. ¿Y el Prado dónde está? 

-Justo al otro lado de la rotonda, caballero.

-Bueno, prefiero ir allí. Por lo menos veré objetos de Franco y de la Transición a la Monarquía. Historia de España, señorita! ¡Que ya sirven ustedes a cualquiera!

Frida Khalo o la representación de Cristo para los mexicanos
Frida Khalo o la representación de Cristo para los mexicanos

Por lo escrito en el grupo, es de lo más normal que el visitante no tenga ni la menor idea de dónde se halla (y así pregunten por «Las Meninas» o «Las lanzas» en el Thyssen, o por la cercanía del museo en el que se puede ver el «David» de Miguel Ángel). Pero lo peor que pueden hacer estos auxiliares es sacar de su error a aquel que tiene más que claro que lleva la razón. Como cuando se le espeta a una señora que no puede tocar las esculturas expuestas y esta se despacha con un «es que dan suerte», o hay que explicarle a una pareja que ni esto es un cine, ni lo de Antonio López un «blockbuster» cinematográfico («¡Pues qué vergüenza que no haya un cine por aquí!»). Y es que el manchego, da mucho juego. Sobre todo a cuenta de su «nacionalidad»:

-Hola, bonita. Habíamos escuchado que teníais aquí una exposición de Antonio López

-Sí, señora

-¿Me podrías decir dónde está? Porque llevamos una hora buscando y no lo vemos. 

-Pues tiene que subir las escaleras y al fondo del pasillo. Donde cafetería, está la entrada. 

-No, no. Eso es «Realistas de Madrid», bonita. Nosotras buscamos a Antonio López. Mira, Mari: otra que dice lo mismo, que Antoñito está arriba.

-Señora, es que Antonio López pertenece al grupo de los Realistas. 

-Anda, niña. Entérate bien de qué van las exposiciones porque Antonio es de Castilla la Mancha, ¡y qué tendrá que ver con Madrid! ¡Vámonos, Mari, que en el Thyssen nos están engañando!

Y cuando no es López, es el Greco (español, español, español…):

En el cartel del Greco pone que nació en Candía, ¿dónde está eso?

-Pues si es del Greco, será en Grecia.

-¡Ja! No, no… No puede ser: El Greco era de aquí.

-«Greco», de Grecia.

-No: estás muy equivocada. No tienes ni idea. El Greco era español. Ya preguntaré en información.

Con salidas, en algunos casos, que le dejan a uno como un muñequito de cera:

[Control de Accesos en el Museo Thyssen. Señora con su entrada recién comprada, se la sellan y entra hacia la planta cero de la misma. Llega a Juan Gris. Vuelve corriendo al control, preguntando entre sofocos]

-Señora, pero… ¿Y dónde están los muñecos de cera?

-¿Disculpe?

-Sí, sí: los muñecos de cera. Claro, como se pronuncia igual que el Museo Tussauds de Londres, pues imagino que tendrán lo mismo aquí, ¿no?

-Esto… Mire… Esto es de pintura.

-¡Pues vaya! No me interesa. Adiós.

«Lamentablemente el grupo es cerrado –aunque comenzó siendo público, explica Gurrea Suárez– básicamente porque no todo el mundo tiene el mismo sentido del humor y porque la finalidad de la iniciativa no es en absoluto molestar a nadie». Además, sus promotores (entre los que se encuentran profesionales del Museo Thyssen, del Museo del Prado y del Museo Reina Sofía, entre otras instituciones), en activo y de generaciones posteriores, pretenden que «los integrantes se sientan lo más relajados posible para que participen con su mejor anécdota sin sentirse coartados». Aún así, Gurrea reconoce que no se esperaban el éxito alcanzado.

Y, aunque nosotros como espectadores nos creamos que lo nos sucede en el museo es la primera vez que ocurre, los participantes de «Tontunas de visitantes» cuentan con clásicos de manual que aplican a la primera de cambio: Y ahí están los típicos «Esto no es una mochila, es mi bolso» (en versión femenina) o «esto no es un paraguas, es un bastón» (para ellos). Y de nada servirá que respondamos con un «¿Y si me lo pongo delante? ¿y en la mano?» o acusemos al prójimo («¡Esa señora lleva un bolso más grande y le han dejado ustedes pasar!»).

Retrato de Hugo Erfurt, alias "Ruiz-Gallardón"
Retrato de Hugo Erfurt, alias «Ruiz-Gallardón»

Pero hay reacciones desconcertantes, que dejan sin palabras al más pintado, como querer saber si los vasos y platos los ha diseñado Isabel Quintanilla para Duralex; si las crucifixiones expuestas son «de antes o después de Cristo»; si hay que ver todos los cuadros antes de cambiar de sala (de hecho, es duda recurrente conocer por qué pared se ha de empezar), o ponen en el brete de tener que decidirse por papá o por mamá. Nos referimos a que, al preguntar les qué es lo que quieren visitar, estos se interesan por lo que hay, se les responde que una exposición temporal y una permanente, y el cliente, sin miramientos, pide una entrada para «la más bonita». Pero esta «salida» se lleva la palma:

-Disculpe, ¿estos símbolos significan que para pasar por este pasillo las mujeres deben llevar falda y los hombres traje y corbata?

-No, señora. Indican universalmente que tienen baños masculinos y femeninos a su disposición… 

-¡Ah!… ¡Pues a ver si lo ponen claro!

Aunque a veces, si uno pone la oreja, hasta aprende cosas. Como que Frida Khalo no era Frida Khalo, sino «una representación de cómo los mexicanos pintaban a Cristo con la corona de espinas». O que si uno se acerca demasiado a los cuadros «baja la campana de seguridad y te asfixias» (están avisados). Ahora bien, hay momentos en los que deberían abofetearnos como turistas. Sobre todo cuando, con nuestra actitud, los que llenamos los museos hacemos sentir a su personal como monos de feria. Y no nos referimos al «no funciona la audio-guía. ¿Sales tú y me la cambias?». No:

Una temporal cualquiera. Grupo de jubiladas. Una de ellas se aparta del grupo y pregunta:

-Oye, ¿vosotros sois funcionarios, no?

-No, somos subcontratados.

-Pero qué hay que hacer para trabajar aquí?

-Bueno, la mayoría estudiamos una carrera de letras y…

Desde su sala se pone a gritar:

-¡Juani! ¡Que no son de integración! ¡Que son normales!

Porque el interés no solo se queda en preguntar lo que el vigilante apunta o lo que el vigilante lee. Hay quien quiere intimar mucho más:

-Hola, ¿es verdad que van a abrir otro museo en Málaga? [Se refería al Thyssen Carmen Cervera]

-Sí. 

-¿Y qué tengo que hacer para poder entrara a trabajar en un puesto así como el tuyo en el que no hay que hacer nada, salvo estar rodeada y disfrutar de tanto arte?

-Pues mire, no lo sé. Tal vez haber hecho algo terrible que mereciera el castigo de la Santa Inquisición en otra vida.

Pablo Picasso trae de cabeza a más de un visitante de museo
Pablo Picasso trae de cabeza a más de un visitante de museo

Sin duda alguna, son las nuevas atribuciones las que obligan a este tipo de profesionales a morderse la lengua antes de soltar una carcajada. Porque, claro, ¿cómo reaccionar cuando le preguntan a uno por las «crisálidas»(que no «grisallas») de Van Eyck? ¿O cuando descubre que en El Prado no se custodia el «Coloso» de Goya, sino El Coloso de Rodas? ¿Estará en la nueva expo del Bosco su «Jardín Tres Delicias»? ¿Y cómo se le quedó la vista a Van der Weyden cuando acabó su «Desprendimiento»? En el Museo Reina Sofía, el «Guernica» (que debe pronunciarse «Güérnica» si uno es un guiri auténtico) y su autor son un clásico:

-¡Quiero poner una reclamación! ¡No tienen ustedes nada bien indicado cómo llegar al pabellón especial del Guernica [o Güérnica]

o

-Disculpe: ¿Dónde hay un cuadro de Picasso?

-Justo enfrente, caballero.

-No, pero ese no es de Picasso. Ahí pone «Pablo Picasso». Yo quiero ver uno de Picasso Picasso.

-Señor. Él es Picasso Picasso.

-No, no, El pintor no se llamaba Pablo… [que conste que este no es el mismo sujeto que preguntó por el «Arlequín de Pegaso»]

Hay anécdotas sobre todo lo que olvidamos en los museos (también zapatos y litronas), sobre visitantes que, a pesar de poner un sillón delante, se siguen comiendo un espejo; los que saludan en el espejo; los que llaman a sus amigos a través del espejo. Los que, en el apartado de «parecidos razonables» ven un X Men en el retrato de los Reyes del Hall del Thyssen o a Ruiz-Gallardón en el de Hugo Erfurth. Si se ha encontrado reflejado en alguna de estas anécdotas, sonría. Si no es así, la próxima vez que saque su entrada o pida una indicación a un miembro del personal de sala, hágalo también. Son seres humanos. Y pidan que les den paso a este grupo privado.

Fachada del Museo Reina Sofía
Fachada del Museo Reina Sofía

Texto publicado en ABC.es el 24 de mayo de 2016

Marta Pujades, fotógrafa

«La práctica artística es un ejercicio vital, así que mi nivel de compromiso es absoluto»

El retrato es la base de operaciones de Marta Pujades, joven artista balear interesada en la identidad y las propiedades de la imagen. Ella es ya, por motivos propios, de las que «Darán que hablar»

Este es el fotográfico "selfie" que nos dedicó la artista Marta Pujades
Este es el fotográfico «selfie» que nos dedicó la artista Marta Pujades

Nombre completo: Marta Pujades. Lugar y fecha de nacimiento: Palma de Mallorca, 20 de enero de 1990. Residencia actual: Palma de Mallorca. Estudios: Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Máster en Fotografía y Diseño por la Universidad Pompeu Fabra y Elisava. Ocupación actual: Artista visual. Continuar leyendo «Marta Pujades, fotógrafa»

El Salón de Ángela Cuadra

Un «Salón» en el que aprovechar todos los metros, todos los segundos

En el domicilio de Ángela Cuadra, en Madrid, tiene esta artista su estudio, que, cada cierto tiempo se convierte en sala alternativa de exposiciones, Salón, que acaba de afrontar dos citas internacionales importantes: Supermarket y Poppositions

Ángela Cuadra en Salón, su estudio-vivienda, además de sala de exposiciones
Ángela Cuadra en Salón, su estudio-vivienda, además de sala de exposiciones (fotos: Maya Balanya)

Estamos en el salón de la casa de Ángela Cuadra. Bueno, en realidad es su estudio. Lo que usan como salón en esa vivienda es una habitación amplia justo al lado de esta estancia. Y es también el salón de Salón. Pero sólo cuando no es el taller de Ángela… Creo que les estoy haciendo un lío, pero es sencillo de explicar. Ángela Cuadra (Madrid, 1978) llegó a este piso en Madrid, muy cerca de la zona de Ópera, con su pareja, el también artista Daisuke Kato, hace ya unos cinco años. «Por entonces lo que buscábamos era una casa grande y céntrica, sin importarnos cómo estuviera. Preferíamos optar a un alquiler barato a cambio de ir reformándola y mejorándola», recuerda la artista. Continuar leyendo «El Salón de Ángela Cuadra»

Así fue la sesión «KamasuTRAZOS» de Mr. Simplemente para «Sólo es sexo»

Javier Conde (Mister Simplemente) durante la celebración de "KamasuTRAZOS"
Javier Conde (Mister Simplemente) durante la celebración de «KamasuTRAZOS»

Entre las actividades paralelas de la muestra «Sólo es sexo» que hasta el pasado 20 de mayo pudo disfrutarse en la galería Fernando Pradilla se encontraba la sesión de dibujo «KamasuTRAZOS», promovida por el dibujante Mr. Simplemente, uno de los artistas que integraban la nómina de la exposición.

Mr. Simplemente invitó a todos aquellos que quisieron acercarse a la galería el pasado 19 de abril a plasmar en dibujos sus fantasías eróticas, confeccionado entre todos ellos un gran mural de cuatro metros de largo con un interesante número de aportaciones. En el caso de que la imaginación fallara, el artista tenía la solución: unos dados diseñados por él mismo ayudaban a dar las posibles claves de las acciones de temática erótica y las partes del cuerpo que podían ser ejecutadas por el improvisado dibujante, si es que este dejaba las respuestas al azar.

El artista invitaba a participar en pareja, en grupo o en solitario, creando obras propias o «interviniendo sobre las que ya estaban hechas para generar así una gran orgía libre de dibujo«: «Los dados y los participantes aportan lo que se les ocurra -explicaba el artífice del proyecto-. «KamasuTRAZOS» era una experiencia de dibujo colectivo para cualquier individuo mayor de edad que habitualmente dibuje o no».

Un fragmento del gran mural de cuatro metros de "KamasuTRAZOS"
Un fragmento del gran mural de cuatro metros de «KamasuTRAZOS»

Un destacado número de personas anónimas, pero también conocidos artistas participaron en la elaboración del mural, bien con la ejecución de un dibujo, bien como voyeurs de los demás. Entre ellos, se encontraban Edurne Herrán, Fede Sposato, Anthony Stark, Germán Gómez, Ismael Delarge o Alejandro Bombín, compañeros de exposición de Mr. Simplemente en «Sólo es Sexo». A su lado, los Rubenimichi, David Trullo, Roberto González Fernández y Julio Falagán, que no se quisieron perder la iniciativa.

El resultado final, cuya elaboración y conclusiones puede seguirse en esta fotogalería, dio pie a una barroca composición en la que los participantes trabajaron con libertad plasmando lo que les salió de los… dados.

Fotos: Jordi Manyoses

Caniche Editorial promueve las «Obras completas» de Guillermo Mora

Guillermo Mora indulta los libros olvidados de su biblioteca para el proyecto «Obras completas»

La iniciativa, una invitación de la editorial Caniche, se convierte en un reto para el creador madrileño, ya que se trata de su primera incursión en el ámbito del libro de artista

Una de las piezas de "Obras completas" de Guillermo Mora
Una de las piezas de «Obras completas» de Guillermo Mora

Nos ha pasado a todos, sobre todo a los «ladrones» de libros, a los que nos puede el ansia por poseer y acumular y no hemos caído en la tentación digital del e-book; a los que entienden el libro como un objeto venerable: títulos y títulos que se hacinan en las librerías personales, que cogen polvo y generan dobles y terceras filas ante la imposibilidad de volver a ellos o de tener el tiempo suficiente para tan siquiera ojearlos –u hojearlos– por primera vez. El artista Guillermo Mora (Alcalá de Henares, 1980), les ha buscado una solución.

Mora los señala con su dedo artístico e inicia la criba: «Libros que no entiendo; libros que llegaron a mis manos sin saber cómo; libros que compré para regalar pero nunca me atreví; libros que me regalaron sin conocerme lo suficiente; libros de un periodo de mi vida… Libros, en definitiva, de los que ya aprendí y que se cierran para no volverse a abrir». Estos volúmenes son los que han comenzado a abandonar los estantes de su librería para convertirse, manipulados, en la materia prima de la primera incursión de este autor en el ámbito del libro de artista.

Porque, «Obras completas», título de la propuesta, nace de una invitación de la editorial Caniche para generar un libro-objeto, que Mora acepta al parecerle muy sugerente y con la que otorga una segunda vida a todos estos textos olvidados. De esta manera, el joven pintor los interviene con pintura atrapando sus contenidos y obligando a algunos de ellos a estar junto a otros de manera forzada, envolviendo sus mensajes y encapsulándolos para siempre.

El resultado son veinte obras únicas en las que la pintura, que retuerce las páginas de los volúmenes, a los que dota de nueva forma, no funciona como imagen sino como materia que cubre y encierra. Mora explica que el proceso de elaboración es lento y dilatado en el tiempo, ya que son las diferentes capas de pigmento las que determinan el grosor de las piezas e imposibilitan que sus páginas se vuelvan a abrir más. De forma que estos van ganando volumen al ser sumergidos en cubos de pintura de diferentes colores, siendo necesario esperar a que esta se solidifique antes de continuar el ritual.

Una de las piezas de "Obras completas" de Guillermo Mora
Una de las piezas de «Obras completas» de Guillermo Mora

Confiesa el artista que su referente está en el «Fahrenheit 451» de Truffaut (que a su vez era la adaptación de otro texto básico, el de Ray Bradbury), «en el que los libros eran quemados en pilas en un intento de destruir la cultura. Quizás lo que yo he hecho ahora, para un librero, sea un sacrilegio, otra forma de destruir un libro; pero lo que a mí me interesa de ellos es su estructura como objeto, o su título o la infrmación que aporta su cubierta, para darle una nueva lectura».

La propuesta, con sus 20 obras únicas, protéicas, con intimidatoria presencia, es vista por Mora como una posible nueva vía que se abre en su trabajo. Y lo que más destaca de ella es su parte azarosa: «En ocasiones, la pintura invade el papel y hay algo que se escapa de la idea inicial y de mi control, como si el libro cobrara autonomía. Las páginas se doblan, y la pintura las transforma en un nuevo ente».

Catálogos de exposiciones y de ferias; textos de Hans Ulrich Obrist, de Goethe, de Panero; en español, italiano o inglés, asoman ahora tímidamente por los resquicios que dejan las densas capas de pintura, en ocasiones craqueladas. «Para mí, lo más importante de todo esto es la nueva lectura que realizo yo mismo de mis propios libros. Todo esto me ha llevado a analizar por qué me desprendo de esos títulos y cómo el arte les otorga una nueva vida –explica el artista–. En ese sentido, el resultado no es tan destructivo. Mi intención es positiva».

El proyecto de Guillermo Mora es la tercera de las iniciativas llevada a cabo por esta joven editorial, que sólo tiene seis meses de andadura; tiempo suficiente para desarrollar interesantes propuestas con MAIO y Taller de Casquería (en esa ocasión, «The Way Things Go», con sus tapas de gotelé, era un proyecto expositivo comisariado por Paula García-Masedo contenido dentro de un libro); y conMateo Navarro (del que han editado su primer poemario, «Ready Made»). Y aunque la presentación de la aportación del madrileño tuvo lugar el pasado jueves 19 de mayo en Madrid, en la Imprenta Municipal de la calle Concepción Jerónima, dieciocho de las piezas propuestas ya estaban reservadas, a un precio cada una de ellas de 1.000 euros. Ya pueden darse prisa, pues, es política de esta firma no realizar «segundas ediciones».

Una de las piezas de "Obras completas" de Guillermo Mora
Una de las piezas de «Obras completas» de Guillermo Mora

Texto publicado en ABC.es el 19 de mayo de 2016

 

La luz ilumina el SOS 4.8 de Murcia

El festival de música SOS 4.8 de Murcia es uno de los más comprometidos con la creación artística. Su última edición incluyó un programa con vocación de continuidad para crear en el tiempo un museo de la luz al aire libre

Proyecto de Nico Munuera para el SOS 4.8

«Hágase la luz», debió decirse el SOS en la edición de 2016 que tuvo lugar a comienzos de mayo. Y la luz se hizo. Algo natural, por otro lado, en un momento como el actual, en el que todos son tinieblas, explican desde T-20 Proyectos, los responsables de su programa artístico este año. Hay que precisar que, desde su nacimiento en 2008, el SOS 4.8 de Murcia, el festival de música más madrugador de todos en España, ha apostado por la creación plástica. También por la sostenibilidad y por la reflexión y el pensamiento. En este último caso, su programa de charlas y conferencias se llama Voces y, para que entiendan su alcance, no hay más que repasar a sus invitados para ese fin de semana: Marc Augé, Isidoro Valcárcel Medina, Pedro Medina, Gonzalo Suárez… Hay que trasladarse a La Mar de Músicas -también en esta región- para encontrar una comunión tan estrecha entre música actual y arte en nuestro país.

En esta edición -la novena- del festival (en el que por los ecenarios del recinto ferial La Fica han pasado Manic Street Preachers, Love of Lesbian o The Big Moon, entre otros), el programa artístico abandonó sus instalaciones y se alió con el barrio en el que se desarrolla: «De los 75.000 asistentes que tiene el SOS, al final solo unos 4.000 terminaban acudiendo a sus citas artísticas -explican Carolina Parra y Nacho Ruiz, galeristas de T-20 y sus nuevos impulsores-. Con la nueva orientación, se amplía su público objetivo y además se hace a los vecinos del barrio en el que se desarrolla copartícipes de lo que está sucediendo. Es la primera vez que todo se ha consensuado con ellos», expresan.

Y esto es así, además, porque uno de sus platos fuertes, el que lleva por título Luz, tiene vocación de continuidad: «Luz es un proyecto de intervención urbana, pionero en España, que quiere dejar patente la implicación del festival con la ciudad, a la vez que influye en su estética«. Hasta ocho artistas murcianos ocupan otros tantos enclaves de las calles Luis Montes Pagán y Parroco Pedro Martín Conesa, las que marcan de alguna manera los límites del barrio de Vistabella y son las dos grandes avenidas de entrada al SOS, con piezas con lo lumínico como protagonista: «En un momento como éste en el que todo parece oscuro, la luz, que siempre es algo positivo, es la respuesta. Ysi te fijas, todo funciona así, hasta en el mundo virtual. Facebook es una inmensa oscuridad en la que cada uno de nosotros es una pequeña lámpara«, comentan los comisarios, que, además, no querían recurrir de nuevo al mural, que es lo fácil y lo cómodo cuando de arte urbano se trata.

Aportación de Isidoro Valcárcel Medina para "Luz"
Aportación de Isidoro Valcárcel Medina para «Luz»

Sobre la fachada del mercado del barrio, las aportaciones de Sonia Navarro y FOD. La primera, con Recorridos, ilumina el paseo que históricamente ejecutaban con sus pasos las mujeres para llegar a este lugar de abastos. El segundo se inspira en un recuerdo infantil y homenajea una estructura arquitectónica tan efímera como común en el sur de España como son los voladizos de uralita que él contempló durante años en la zapatería familiar. En la azotea de este mismo edificio, la única obra que no funciona con luz eléctrica, la de Nico Munuera, que es además la única pieza de día, que aprovecha los rayos de luz para «pintar» sobre la superficie de los inmuebles colindantes.

Completan el conjunto los trabajos de Sergio Porlán (que traduce los patrones alucinatorios de Cloubet a formas geométricas unidas por una línea invisible, a no ser que la naturaleza imponga sus ritmos); Juan Sánchez (un vídeo y un «símbolo», los titulados Juan 6:38 competían con la música del festival y la fachada de la iglesia ortodoxa de la ciudad, respectivamente); Isidoro Valcárcel Medina (y su oda a la luz apagada, con sus tres mazos de bombillas fundidas casi en su totalidad); Miguel Fructuoso (y su luminoso en el que el horror y la diversión, como en la vida, se sitúan a un mismo nivel); y Pedro Guirao (que ha colaborado con los vecinos para apadrinar una única farola, de la que pagará su consumo eléctrico durante 8 años. Una placa a sus pies lo recuerda).
La idea es que estas piezas permanezcan en sus lugares mientras los vecinos así lo dispongan. Aunque podrían cambiar de emplazamiento, mientras otras podrían unirse a ellas en años sucesivos, generando así un gran museo de la luz al aire libre.

Detalle del montaje de "Nave Oporto. Grandes éxitos", en T-20
Detalle del montaje de «Nave Oporto. Grandes éxitos», en T-20

El espíritu festivo continúa en T-20, sede de la galería de Parra y Ruiz. Hasta allí se traslada parte del espíritu de Nave Oporto, estudio de artistas del barrio homónimo en Madrid en el que, en términos artísticos, tampoco es que pase nada, pero en el que ellos se han convertido en imán para otros creadores en la capital. De alguna forma, pues, se hermanan dos vecindades en las que el arte tiene mucho que decir. Sus nueve integrantes, cada uno con su personalidad, han conseguido crear algo sólido. Y esa es la filosofía de la muestra colectiva Nave Oporto, que es además la primera participación colectiva de sus integrantes. Grandes éxitos es su título, en la que, en cadena, cada artista ha seleccionado una obra del siguiente, en todos los casos referidas a la música, la noche, la cultura de club… Como la «falsa» bola de discoteca de FOD (un elemento que también aparece en una foto de Miguel Ángel Tornero); el homenaje de Miki Leal al Modern Jazz Quarter (Toni Ramón se lo hace a Pearl Jam y su irónico rayo); los embalajes de Irma Álvarez-Laviada (llevados a los edificios por Manuel Saro, que recupera la memoria del Proyecto Dazzle de la Primera Guerra Mundial); los collages de Santiago Giralda, el patrón de la chupa perfecta para lucir en un concierto de Sonia Navarro y los restos de la fiesta (y el naufragio) de Belén.

Y juntos conforman una de las joyas de la expo: nueve «afiches» personales e independientes que juntos forman uno y que se regalaron durante los días del festival. Corran. Un cartel así (artístico o musical) no es fácil que vuelva a repetirse.

Pieza de FOD para "Luz"
Pieza de FOD para «Luz»

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 7 de mayo de 2016

Patricio Cassinoni amplía los contenidos de «Only One» para «Sólo es sexo»

Patricio Cassinoni ajustando la cámara para uno de sus retratos
Patricio Cassinoni ajustando la cámara para uno de sus retratos

Esta semana tuvo lugar finalmente la sesión fotográfica con la que el artista Patricio Cassinoni continuaba su serie «Only One» en Madrid. El «shooting», que tuvo lugar entre el martes y el miércoles, formó parte de las actividades paralelas de la exposición «Sólo es sexo» que comisarío hasta el día 21 de mayo en la galería Fernando Pradilla de Madrid, y gracias a la cual también hemos podido disfrutar de una mesa redonda de escritores españoles que trabajan sobre temáticas eróticas y una sesión de dibujos, «KamasuTRAZOS», con la que Mr. Simplemente, otro de los artistas de la muestra, invitó a los participantes a plasmar sus pensamientos más sensuales y sexuales en forma de dibujo. Continuar leyendo «Patricio Cassinoni amplía los contenidos de «Only One» para «Sólo es sexo»»

Un Art & Breakfast pasado por agua

Málaga celebra este fin de semana la segunda edición de su feria de arte emergente Art & Breakfast. Más conservadora que el año pasado y con mejores propuestas, la lluvia fue la gran protagonista de su inauguración

Detalle de la habitación de El Catascopio
Detalle de la habitación de El Catascopio

Art & Breakfast se trasladó en su segunda edición de enero a mayo en este 2016 muy posiblemente para aprovecharse del buen tiempo y continuar con el alto número de visitas que cosechó en 2015. Entonces la expectación era máxima y mucha la curiosidad de saber cómo funcionaría una feria en esta ciudad andaluza que ya lo tenía casi todo: Universidad, artistas, galerías y museos. Pues bien: ayer viernes, día de la inauguración, cayó una tromba de agua como no podría haberse imaginado (dicen que incluso llovió en la ciudad todo lo que lo había hecho en lo que se llevaba de año y algo más). La primavera es lo que tiene. De esta forma, fue el tiempo el que deslució una presentación en lo que a público se refiere, y que volvió a convertir el Hotel Room Mate Larios en su cuartel general.

Y eso que en esta segunda entrega hay buenas propuestas. Un evento que, como apuntaba alguno de los participantes, parece que empieza a definirse más como feria de proyectos que como feria de galerías. Eso no es del todo malo. Este año la cita es más conservadora. Pocos expositores se han planteado lo de transformar la habitación del hotel en otra cosa, como sí hicieran el año pasado agrupaciones como Espacio Cienfuegos. Quizás aquí la excepción sea La Casa Amarilla, con un alegato a la muerte en el que lo escenográfico -con mucha tierra y muchas plantas, que demasiado se parece a un proyecto anterior de Verónica Ruth Frías-  se termina por comer las obras de los artistas, que además quedan contenidas en diminutas placas de Petri.

Detalle del proyecto de Victoria Maldonado en Casa Sostoa
Detalle del proyecto de Victoria Maldonado en Casa Sostoa

Art & Breakfast cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga, (y, por lo mismo, del dinero público, lo que no tiene por qué ser a priori negativo), y también con una ciudad con grandes instituciones artísticas, de momento aún ensimismadas y comprometidas con la feria. Así, por convocatoria pública, el Área de Cultura del consistorio de la ciudad reservó cuatro habitaciones en este 2016. La de Casa Sostoa es con diferencia lo mejor de esta edición, con un proyecto, «Conflicto», en el que maridan a la perfección la pieza cerámica sobre la cama de Victoria Maldonado, el gran lienzo de José Luis Valverde y las obsesiones en torno al Guernica de José Luis Puche. Valverde repetía en otra de ellas, la de Columna JM, que ha apostado por el arte emergente y en formato pictórico, con buenos ejemplos de Hadaly Villasclaras y Alejandro Castillo, la próxima apuesta de la galería. Por último, y una planta más arriba, La Casa Rosa y Trincharte. La propia feria unía a estas cuatro apuestas otras dos: la del espacio de diseño Estudio Santa Rita (más que recomendable) y el espacio Artista de Lujo, con una desconcertante propuesta performantica.

Fuera de estos reductos mimados, la calidad se concentra en la planta segunda, con honrosísimas excepciones en la tercera. Y allí menciono a tres expositores: el del barcelonés El Catascopio (Manolo Acedo), Arte a un Click (que anuncia novedades en su modelo de negocio) y GACMA, que el año pasado ya se llevó un premio a mejor espacio de la feria y que intentará revalidarlo con una buena nómina de artistas: Arturo Comas, Cyro García, Antonio Montesinos, la ya mencionada Verónica Ruth Frías… Bajamos un piso para reencontrarnos con Factoría Arte y Desarrollo, donde se vuelve a abusar en ferias de Javi al Cuadrado y, por tanto, donde resulta más novedosa su compañera de habitación, Cristina Lerma. De Veo Arte En Todas Partes nos quedamos con José Antonio Vallejo y David Catá. Y en GrundKreuz nos reciben Juan Yuste, Irene Cruz y Andrea Perissinotto. Una última maravilla: la habitación de Javi Calleja (la única a la que le sienta bien la horrible iluminación del hotel. De hecho, es que la apaga). Sus dibujos mínimos son presagio de algo muy grande.

La habitación de GACMA en Art & Breakfast
La habitación de GACMA en Art & Breakfast

Ya en el hall del hotel, los Solo Projects de una feria que cuenta esta vez con Martín Moniche y Semíramis González entre sus asesores. Extraño nombre para un sector en el que se mezclan publicaciones (Chucherías de Arte y Duck Out! Magazine merecen la parada) y proyectos personales, donde resalta el de Marcos Moreno Pons, junto al de Inchelangelo, muy en la esfera de Juan Francisco Casas. En este mismo ámbito, Pablo Mesa invita a participar en la elaboración de una instalación efímera con plantas y agua (de nuevo el agua, la misma que maltrataba y combaba los papeles en muchas habitaciones) para la terraza del establecimento.

Hablábamos antes de la gran implicación de las instituciones artísticas de la ciudad con la feria, y ello redunda en un más que correcto programa de actividades paralelas. El más implicado es el Museo Carmen Thyssen-Málaga, sede de un nuevo programa, «Play it», en una doble vertiente: de un lado, hoy sábado, la proyección en su auditorio de un nutrido ciclo de vídeo emergente (el arte nuevo es seña de identidad de esta feria, donde los precios no suelen dispararse demasiado). De él forman parte desde Emmanuel René Florance, hasta David Aguilar, Javier Irigoyen, Irene Cruz o Michele Manzini. De otro, las cuatro performances que esperan al espectador en el hall del museo mañana domingo, ejecutadas por Alberto Bernal, Álvaro Fernández Caboalles, José Antonio Vallejo y Juan Yuste del Valle.

Obras de Marcos Moreno en los Solo Prjects
Obras de Marcos Moreno en los Solo Prjects

Por su parte, el CAC Málaga, la Casa Natal de Pablo Picasso, La Térmica, el Picasso y el Ateneo se han convertido en sedes de diferentes seminarios y conferencias (las que han reunido al fotógrafo Christian Lagata, la jurista Almudena Gómiz, el colectivo Grundkreuz o la comisaria Semíramis González). También han organizado visitas privadas especiales a sus expos y colecciones, como la del Picasso-Málaga al finalizar la jornada de la apertura. El broche de oro, con agua o sin ella, vendrá dado por la fiesta oficial en el Larios esta misma noche y la entrega de premios, en la clausura, de mañana domingo.

José Salguero. Espinete son los padres

""Hello Kitty" es arrestado en la puerta del Sol", de José Salguero
«»Hello Kitty» es arrestado en la puerta del Sol», de José Salguero

Hace unos días leía una entrevista a unos gestores culturales (el nombre es lo de menos) que se quejaban de cómo educamos a los niños, durante su infancia, en el mundo de Disney para lanzarlos luego, ya más creciditos y a pelo, a una sociedad ultralibertal y turbocapitalista en los que todo es un poquito más «The Walking Dead». Hay artistas que este desequilibrio lo tienen más claro y, entre ellos, se sitúa José Salguero (Madrid, 1985). No en vano, cierto extrañamiento es la bilis que destilan todos sus trabajos, en los que conceptos, que no por cercanos debemos aceptarlos como asumidos o conocidos, bien sean la violencia, la religión, el sexo o la alienación del individuo, pululan a sus anchas demostrándonos que sentimos seguridad y confort en nuestro entorno “por encima de nuestras posibilidades”.

Hablábamos de violencia. Esta también puede ser verbal y visual. Salguero, en sus dos líneas de trabajo (la de muralista, en la calle, y la de pintor, sobre el lienzo) utiliza como “armas” herramientas más o menos reconocibles para propiciar el acercamiento y que el zarpazo sea efectivo. Se entiende ahora mejor su interés por la cultura popular, por las fórmulas figurativas, por la ironía y el sarcasmo como recursos. Mientras todos seguimos riéndonos de ese chiste que no terminamos de entender no nos damos cuenta de que el flanco de su ridiculización somos nosotros mismos.

"Tío Gilito necesita algo más que dinero para ser feliz"
«Tío Gilito necesita algo más que dinero para ser feliz»

Hemos convertido el caos y la destrucción en parte del sistema, en ingredientes básicos de nuestro parque temático del día a día. Cuando uno ve a la cerdita Peggy reconocer su veganismo o al pato Donald incendiar un automóvil se da cuenta de que no es el único que se ha hecho mayor. Y cuando además observa como un absurdo tipo vestido de Hello Kitty es detenido en la Puerta del Sol se cerciora de que la nuestra de la infancia se cerró de golpe y para siempre. Entonces es preciso enfundarse el casco de guerra y tomar el parque infantil como trinchera. Si a ello se suma que Tinky Winky es un secuestrador de niños, la lectura no puede ser otra que todas las generaciones están ya perdidas. Salguero lo avisó y no le hicimos caso. Lo peor no es que Espinete no exista: lo malo es que Espinete, como Day Vader pero en versión cañí, es nuestro padre.

Virgen Trono. 2014,óleo Sobrelienzo 150 X 150 Cm.José Salguero

La presentación de «Los piscolabis del Cuarto» en imágenes

Dos chicas contemplan las obras de Germán Gómez de la exposición "Los piscolabis del cuarto"
Dos chicas contemplan las obras de Germán Gómez de la exposición «Los piscolabis del cuarto»

Pues ya están en marcha «Los piscolabis del Cuarto», que ayer se presentaron en El Cuarto de Invitados (Mesón de Paredes, 42, segundo) junto a un montón de amigos. Nos acompañaron algunos de los invitados, como Germán Gómez y Julio Falagán, así como Belén Palanco y Raquel Ponce (¡gracias mil por las flores!). Eso significa que echamos mucho de menos a Fernando Centenera (al que esperamos el sábado 7 para celebrar su charla), José Antonio Mondragón, José Robles, José María Luna y Semíramis González. Sabemos que muy pronto os tendremos entre nosotros, de forma que la pena se hizo menos. Continuar leyendo «La presentación de «Los piscolabis del Cuarto» en imágenes»