En uno de los barrios del extrarradio de Madrid tiene Guillermo Peñalver su guarida de dos plantas en la que da clases de pintura a sus alumnos y desarrolla su labor plástica. Un universo poblado por un montón de objetos y recuerdos

La mirada no sabe dónde posarse. Son muchos los estímulos. Estamos rodeados de obras de arte (acabadas e inacabadas), de objetos, de materiales, de recuerdos… Creo que lo más extraño que jamás nos hemos encontrado en el estudio de un artista es un postalero. Este está lleno, con postales diferentes, extrañas, muy curiosas. Justo en el momento en el que Guillermo Peñalver –el dueño de este artilugio y de todos los demás que nos circundan– nos habla de la nostalgia que le produce que ya no nos escribamos cartas y que por eso anima a sus amigos a hacerlo con él cuando viajan, llega al taller el cartero… Con una nueva misiva desde San Sebastián. Continuar leyendo «En la periferia expansiva de Guillermo Peñalver»