Ángela de la Cruz (Estampa 2018 y Centro Azkuna)

«Mi obra, de alguna manera, es muy táctil y cercana»

Antes de su retrospectiva en Bilbao, en el Centro Azkuna, la premio Nacional de Arte 2017 Ángela de la Cruz recaló en Estampa con «Fondos», un proyecto específico para la feria

Ángela de la Cruz en su estudio

En una semana, el Centro Azkuna, en Bilbao, repasará la trayectoria de Ángela de la Cruz (La Coruña, 1965), premio Nacional de Artes Plásticas 2017. En esa cita, comisariada por Carolina Grau y que viajará en 2019 al CGAC, quedará patente su manera de abordar en estos 25 años lo pictórico en su salto a lo tridimensional. El final de esa línea imaginaria acaba este fin de semana en la feria Estampa (por prmera vez en Ifema), donde Fondos, el proyecto específico que ha preparado como su artista invitada, se convierte en su trabajo más reciente. Así lo entiende y lo defiende.

¿Cómo definiría «Fondos», su serie para Estampa?
Fondos es mi respuesta al espacio que me ofrece la feria. Atendiendo a su nombre, me inspiré en el fondo de los sellos antiguos. Tambien porque lo que vemos en los medios es la imagen de una persona –o personas– delante de un fondo transmitiendo un mensaje; ya sean políticos, presentadores, actores o algo más siniestro. Los lienzos, monocromos y perforados, parecen un lenguaje codificado. Es una sugerencia espacial.

Una de las obras de «Fondos»

Parecería que tiende de nuevo más a la pintura en un sentido canónico, en esa difícil catalogación que suele definir lo suyo también como escultura.
En primer lugar, lo de «canónica» no entra dentro de mi lenguaje. Escojo hacer pintura «tradicional» porque el trabajo me lo pide, no porque haya vuelto a la pintura: nunca la he dejado. La utilizo como material. En este caso, queria hacer una línea de fondos en una feria llamada «Estampa». Creo que le va bien. Estoy de acuerdo en que estas piezas superan lo bidimensional. Una vez que tienen cortes, las pinturas se vuelven tridimensionales.

¿Qué le seduce de lo tridimensional aplicado a lo pictórico?
La libertad. He elegido la pintura como medio en esta ocasión porque era el soporte que necesitaba para el trabajo. Sigo viendo la pintura como un material, pero realmente me gusta la escultura porque la puedes mover: no tiene que estar necesariamente en la pared, o en ningun sitio en particular. Veo mi trabajo como un lenguaje, y juego a lo que necesito en cada momento. Desde que en 1995 rompí el primer bastidor cuando murió mi padre, me di cuenta de la libertad que la tridimensionalidad aplicada a la pintura podía aportarme. El uso de la tridimensionalidad en los lienzos bidimensionales forma parte de mi gramática desde que empecé. Por eso no puedo clasificar mis obras con un solo denominador, sino que son pinturas que son esculturas y esculturas que son pinturas.

Reparemos en las incisiones que realiza en estos lienzos. Podrían hacernos pensar en Lucio Fontana, pero, a diferencia de los del italiano, no nacen de un arrebato, sino de un meticuloso estudio de la superficie.
Para mí, es ante todo un ejercicio conceptual. Fontana destacaba el espacio entre el cuadro y la pared. Las incisiones en los lienzos son, para mí, lógicas. Estaba pensando en los «abrefácil». La idea vino del Grenfell Tower, esa torre de pisos que se quemó en Londres en 2017, a escasos metros de mi estudio. Siempre pensé que la pintura «abre fácil», que era como una cortina que se podía convertir en un paracaidas. Empecé a desarrollar la idea hasta que llegue a crear Fondos. La verdad es que me fascina la posibilidad de que se pueda arrancar la pintura independientemente de que haya una pared detrás o no. Que se pueda despegar como las pegatinas e incluso intercambiarse unas con otras. Es un trabajo muy democrático y colectivo.

Una de las obras de «Fondos»

Supongo que el uso de los colores no es casual. ¿Qué información aportan los aquí empleados, más bien luminosos, apastelados?
El uso de los colores empleados en esta serie viene sugerido por el de los sellos antiguos que yo veía en la época de Franco en España. El sello era parte de la sociedad. La gente utilizaba cartas, no emails como ahora. Yo soy de la época de la gente que utilizaba correspondecia postal con cartas y sellos. Elegí también esta gama de colores mas apastelados porque siempre me baso en los tonos que se usan por temporadas en la moda. Son los que estoy viendo constantemente a mi alrededor.

También son importantes en su labor los acabados, los cuales casi invitan a tocar las obras. Carlota Álvarez Basso habla incluso de un elemento erótico en el trabajo en este sentido. ¿Es otra manera de seducir nuestra mirada?
Mi obra, de alguna manera, es muy táctil y cercana. Me gusta que dé apariencia de humedad, por eso es tan brillante. A veces utilizo materiales ques sugieren esa sensación, como plásticos o metales. Me gusta sugerir. Me gusta la idea de que están vivos. Siempre me ha interesado mucho que mis obras sean sexys, que seduzcan la mirada del espectador.

Las incisiones nos remiten al «maltrato» al que parece que somete a los materiales, a esas formas manipuladas, retorcidas, intervenidas, forzadas. ¿Usted construye o deconstruye sus propuestas?
Yo empecé decontruyendo, pero ahora estoy muy interesada en desarrollar el lenguaje de mi trabajo como lo llevo haciendo por más de 25 años. Creo que ahora estoy elaborando más que construyendo. Es momento de realizar trabajo que sea significante. Me parece muy importante que haya una elaboración de una idea conceptual en un proyecto.

Una de las obras de «Fondos»

En su labor siempre ha sido fundamental el contexto en el que se insertan las piezas. ¿En qué manera el entorno se covierte en sus propuestas en ampliación de las obras?
El entorno para mí es esencial. Siempre pienso en el espacio en que se van a exponer mis obras antes de realizarlas. De hecho, estas han sido realizadas especificamente para Estampa. El espacio es parte de la obra, como lo es el título. Todo esto constituye mi lenguaje. Cada aspecto es intrínseco del otro.

Se habla del elemento biográfico presente en su proyecto. Este comienza por la escala. No por casualidad, las obras de Estampa miden todas 1,53 x 1,53 m.¿Qué más cosas de Ángela de la Cruz nos cuenta todo su trabajo?
Como dije, llevo 25 años trabajando y desarrollando mi lenguaje. No puedo contar cosas de mi trabajo porque hace muchos años que empezó. Las medidas de 1,53 x 1,53 cm hacen referencia a mi altura, ya que mis obras tienen un fuerte cartacter antropomórfico. El cuadro siempre ha sido como unas representanción de mi propio cuerpo. Para mí fue muy duro pasar de 1,53 a 1,27cm, que es mi estatura actual en la silla de ruedas.

Detalle de una de las obras de la serie «Fondos»

La «narratividad» de las obras llega desde sus títulos. ¿Son otros recursos para activar la memoria del espectador?
Así es.

Premio Nacional de Artes Plásticas en 2017, ha trabajado siempre fuera de España. ¿Qué significó entonces un galardón como éste para usted?
Primero pensé que era una llamada de broma. Cuando te telefonean del Ministerio de Cultura, crees que es alguien tratando de venderte algo. Pero bromas a parte, me ha hecho mucha ilusión, ya que se ha reconocido mi trabajo en España. Mi madre está muy orgullosa.

¿Cuáles son sus próximos proyectos?
El 25 de octubre, una semana después de Estampa, inauguro una retrospectiva de veinte años de Carrera en el Azkuna Zentroa de Bilbao, comisariada por Carolina Grau. Ella es una gran amiga y experta en mi trabajo. Después, la exposición itinera al CGAC, en Santiago de Compostela. Se inaugura el 22 de febrero. De cara a 2019 tengo otros proyectos que todavía no se pueden desvelar. 

Detalle de una de las obras de la serie «Fondos»

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 20 de octubre de 2018

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