«De niña pensaba que el arte era para los que pintaban o tenían algún talento»
«Todo lo que hago, dentro y fuera de mi estudio, es para conocerme, aprender y crecer», expresa Beatriz Dubois. La herramienta de la que se sirve es la foto, con la que esboza un gran archivo, como el que muestra en WeCollect
Nombre completo: Beatriz Dubois. Lugar y fecha de nacimiento: Madrid, 1 de diciembre de 1991. Residencia actual: Barcelona. Formación: Graduada en Publicidad y Relaciones Públicas, cuenta con experiencia profesional en el sector de la comunicación y gestión cultural, profundizando sus conocimientos de fotografía, Historia del arte y arte contemporáneo a través de diferentes cursos en la Saatchi Gallery o el Central Saint Martins College de Londres . Ocupación actual: Artista visual.
Qué le interesa. Reflexiono sobre la relación del individuo con el exterior y consigo mismo. También sobre las identidades, la contemplación pausada del arte frente al consumo masivo de imágenes, el uso que hacemos de las mismas, las dualidades y las analogías. Sobre la fotografía y el papel.

De dónde viene. Mi trayectoria ha ido de la mano de la galería WeCollect (C/ Conde Aranda, 20, en Madrid), con los que he expuesto en Madrid y en Londres, y donde aún se puede visitar mi última exposición Dancing or Fighting . Además, al pertenecer a colecciones privadas como Himalaya, H.E.F. o Campocerrado , mi obra ha viajado y se ha expuesto en el Museo de la Pasión (Valladolid), en el Centro Cultural Memoria de Andalucía (Granada) o en la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballesteros (Cáceres). También en espacios especiales como Club Matador o Casa de Indias. Destacaría una colaboración que hice con el Museo Al Shindagha, de Dubai . Con imágenes de su archivo creé una obra en gran formato que colocaron en la fachada del centro. Era un escaparate para hablar de la diversidad cultural en el islam. Fue muy interesante y ahora forma parte de su colección.

Supo que se dedicaría al arte… Nunca me planteé dedicarme al arte, fue algo progresivo. Estudié Publicidad porque era la única opción creativa que tuve encima de la mesa. En el colegio entendí que el arte era para los que pintaban o tenían algún talento. Desde pequeña hacía collages y escribía, pero como algo terapéutico o por diversión. Durante la carrera empecé a estudiar fotografía porque era mi gran pasión: quería entenderla mejor y hacer mis propias fotos. Esto, unido a una creciente necesidad de introspección, conocimiento y comunicación, me llevó a hacerlo de manera profesional compatibilizándolo con otros trabajos… Hasta que tuve que tomar una decisión. Comprendí que detonar todo lo que llevo dentro requería de todo mi tiempo.

¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? Sigo trabajando de vez en cuando como fotógrafa. Lo último que he hecho han sido fotos para un restaurante. No es mi gran ilusión pero, siempre que no me quite tiempo para mi obra, me divierte. Además, como mi material está muy basado en imágenes de archivo (postales, libros y revistas antiguas), es una manera de no perder el hábito de fotografiar.

Su yo «virtual». Tengo una web sencilla con una muestra de mi trabajo, pero lo que más utilizo es Instagram . En mi cuenta conviven mis obras y mi vida personal. Puedo compartir técnicas de mi trabajo, dudas existenciales o mi día a día, todo lo que crea que pueda facilitar al espectador a entender por qué hago las cosas y cómo las hago. Instagram es una plataforma que me permite expresarme, y en la que tengo contacto con personas que de otra manera no habría conocido. Pero todo es efímero y algo frío, así que me obligo a entenderlo como una herramienta, porque no es un fin. No dejo que sustituya una conversación o la visita a una galería.
Además, como no estudié Bellas Artes o Historia, empecé a hacerlo por mi cuenta utilizando, sobre todo, referencias visuales. Consumía tantas imágenes que empecé a tener una memoria visual que me permitía ver parecidos formales entre obras de distintas épocas o técnicas. En 2014 empecé un proyecto al que llamé Conversa y que comparto en una cuenta aparte de Instagram . Abro debate sobre el imaginario, el plagio, las referencias… Y me mantiene al día de propuestas de artistas y galerías.

Dónde está cuando no hace arte. En 2017 monté un proyecto con mi amiga Paloma Richi llamado MiMadrid . Con la ayuda de la Asociación Bokatas , entregamos cámaras desechables a 30 personas sin hogar, de las que obtuvimos más de 400 fotografías. Las expusimos en uno de sus centros, donde se compartieron anécdotas y fue una experiencia gratificante para todas las partes. Nuestro objetivo es utilizar la fotografía (y otras formas de expresión) como herramienta de arte-terapia, conocimiento y autodefinición. Ahora estamos trabajando en próximas acciones en distintas ciudades.

Le gustará si conoce a… Mis referencias han ido cambiando… Recuerdo emocionarme hace unos años en exposiciones de Cartier-Bresson o Paul Strand. Ahora, estudio mucho la obra de mujeres artistas que, por técnica o discurso, me interesan, me inspiran o me dan fuerza, como Fina Miralles , Helena Almeida, Paula Rego o Anni Albers .
«En 2014 empecé un proyecto al que llamé “Conversa” y que comparto en una cuenta aparte de Instagram. Abro debate sobre el imaginario, el plagio, las referencias…»
Los referentes de mi generación son infinitos. Gracias a las redes, cada semana puedo conocer a alguien nuevo, y siento que además hay una accesibilidad que antes no existía. Poder entablar conversaciones o seguir el trabajo de alguien es algo que ahora damos por sentado, pero es interesante poder conocer a artistas de todo el mundo casi personalmente. Últimamente he descubierto el trabajo de Evy Jokhova , Adrià Gamero y Philip Loersch.

Qué se trae ahora entre manos. Hasta el 22 de febrero se puede visitar en WeCollect , en Madrid, mi última exposición Dancing or Fighting . Reflexiono sobre la subjetividad del observador, el desarraigo de las imágenes y la dualidad de lo «digital». Me interesan los significados contradictorios o complementarios de las palabras y las imágenes, y lo digital es todo lo que consumimos en la red, pero también lo relativo a los dedos. Estoy continuando con ejercicios de asociación, archivo, tacto y análisis de nuestro imaginario. Además, este año distinto me ha permitido mirarme, cuestionarme y entenderme. Estoy trabajando en autorretratos y escribiendo mucho.

Proyecto favorito hasta el momento. Mi propia identidad. Siento que los procesos de introspección, observación y producción artística me llevan a conocerme y estudiar quién soy realmente. Tener una identidad personal y artística clara es lo que persigo, y ahora mismo me siento cómoda donde estoy.

¿Por qué tenemos que confiar en ella? Todo lo que hago, dentro y fuera de mi estudio, es para conocerme, aprender y crecer. Confío en mí misma y en el poder de mi trabajo. Si mueve algo en los demás y genera confianza, todavía mejor. Pero que entonces sea bidireccional… Consumidores de arte e instituciones que pedís compromiso a vuestros artistas, os pedimos que os involucréis en nuestro crecimiento, que nos acompañéis y ayudéis: nosotros también necesitamos confiar en vosotros.

¿Dónde se ve de aquí a un año? Con la situación actual, es difícil preverlo, y he aprendido a no hacer planes. Seguramente en Barcelona trabajando, ojalá exponiendo y, si se puede, viajando de vez en cuando.
¿A quién cedería el testigo de esta entrevista? Me encantaría charlar personalmente con Julie Mehretu .
Defínase en un trazo.
Texto publicado en la web de ABC Cultural el 16 de febrero de 2021