Una galería dentro de otra
Olga Adelantado (Valencia), Javier Marín (Málaga), T-20 (Murcia) o Carles Taché (Barcelona) apuestan por introducir en sus salas espacios con personalidad con los que dinamizan su propia labor

Hace dos años, cuando la crisis golepaba más fuerte, Miguel Ángel Sánchez, director de la galería barcelonesa ADN, decidió poner en marcha un proyecto como ADN Platform, lejos de las urgencias e intereses del mercado y donde se cedía todo el protagonismo a los comisarios externos invitados, que empezaban a diseñar un programa que poco o nada tenía que ver que con el de la galería madre: «Entonces se repetía como una letanía que el modelo galeristico estaba en crisis, que internet se comía a las galerías y que el mercado estaba en las ferias. “Bien –me dije–: hagamos algo”. Y decidí irme a las antípodas. Si el modelo de la galería está caduco, hagamos otro que no se le parezca».
Así es como Sánchez puso en marchasu segundo espacio en Sant Cugat del Vallés, que no solo ha dado buenas alegrías a sus promotores («curiosamente, el gesto generó atención y activó la actividad comercial hacia la galería») sino que además sigue creciendo. Así, estos días, en los que Platform inaugura con Martí Manen, David Armengol y una nutrida nómina de comisarias barcelonesas su sexta ronda de exposiciones, se pone en marcha ADN Factory, en sus inmediaciones, un espacio destinado a facilitar la producción de obra de los artistas de la galería, y donde ha estado desarrollando un trabajo Iván Argote, que este mismo sábado inaugura en la sede de Consell de Cent.
Lo que hace dos años podría resultar una rareza, una excentricidad, empieza a calar en la mentalidad de nuestros galeristas. Y ahí están los ejemplos del sevillano Rafael Ortiz, que en octubre de ese mismo año inauguraba R.O. Proyectos como pop up estudio en Madrid, o Carreras Múgica, en Bilbao, cuya nueva sede desde el arranque de la temporada pasada a cargo del arquitecto Juan de Herreros dejaba metros cuadrados suficientes para lo que denominan La Nave (una sala que funciona como gabinete para exposiciones más pequeñas), y el Hall, su entrada en forma de pasillo alargado con el que seducen a los artistas para proponer intervenciones específicas. A propuestas como las suyas, con ejemplos significativos en el Envelope de L21 en Palma (que en su sede de Madrid se convirtió en un una Ventana para presentar una pieza única de un artista invitado) o el AB9 que cordina el colectivo 1er Escalón, en Murcia, dependiente de la galería Art Nueve, se unen estos días el Espacio E de T-20 (en la misma ciudad), el Boiler Room de Olga Adelantado en Valencia, Columna JM, de la malagueña Javier Marín, y Projects, el espacio alternativo de Carles Taché.

«Desde que abrimos la galería en el año 2000, estuvo sobre la mesa la idea de Carolina (una de los dos directores de la galería T-20) de hacer algo como Espacio E, que ahora ponemos en marcha. Entonces pensamos un escaparate como el One Gallery de Maurizio Cattelan o el Piece Unique, de París, pero fuera de nuestro local. Cuando acometimos las reformas en la sala en 2008, volvimos a fantasear con intervenir la fachada». Esa misma obra fue la que, al instalar un sistema de peines para el almacenaje, dejó en la sala un ámbito vacío de transición que, si primero se usó como show room, ahora cobra entidad con su propia programación alternativa, que arranca con una participación de FOD, uno de los artistas habituales de la galería.
«Nosotros estamos acostumbrados a hacer proyectos comisariados.Espacio E nos permite llevar a cabo lo que hacíamos en instituciones, pero dentro de la galería. E invitando a otros artistas, a otros comisarios, a gente que no es del circuito», explican sus impulsores: «Serán proyectos más elaborados, con mayor discurso –como el que preparan sobre la posibilidad del lenguaje con Francesc Torres, Kosuth y Jenny Holzer, o la revisión que también acometerán de la década de los 80 desde un punto de vista menos canónico al empleado hasta ahora). «Una galería no puede bajar la guardia, no puede estar pendiente de lo nuevo, que es de lo que se peca cuando tienes una nómina de artistas cerrada. Además, no podemos ponerle límites a las posibilidades de un espacio privado. Recordemos, por ejemplo, que la primera muesta de cubismo en España no la hizo un museo, sino una galería de Barcelona en 1915».

Esa atención a lo que emerge, y al nuevo foco en el que se está convirtiendo Málaga, ha conducido a Javier Marín a poner en marcha Columna JM dentro de su galería: Este es el nuevo espacio expositivo de su firma destinado a los artistas andaluces, pero, sobre todo, que atiende al peso que está asumiendo la facultad de Bellas Artes de Málaga, como ocurrió antes con Sevilla o Granada. Lo que pretendemos es que estos nuevos artistas tengan visibilidad y una puerta de entrada al mercado», desgrana el propio Marín.
Cinco proyectos al año descubrirán a artistas noveles (lo pone en marcha Hadaly Villasclaras, pero por allí pasarán además Gonzalo Fuentes y Jose Luis Valverde) y también comisarios. De hecho, Columna realiza un guiño con los espacios alternativos de la ciudad ofreciendo su sala a Pedro Alarcón, el alma máter de Casa Sostoa, que allí se estrena en estas labores en la próxima entrega del espacio, al que da nombre una columna física en la sala y que compromete la acción de los artistas. «El modelo de galería se reformula todo el rato. Esta es nuestra respuesta».
En Valencia, Luis Adelantado llevaba apostando por el arte emergentedesde hace 17 años con su Open Call anual. Su actual directora, Olga Adelantado, aprovecha la quinta planta del abrumador edificio en el que tiene su sede la galería para darle un desarrollo natural a esta antigua iniciativa: «Boiler Room es, como su nombre indica, una sala de máquinas abierta a las prácticas contemporáneas que complementan y enriquecen el proyecto de la galería, sin ser un espacio al uso, sino híbrido, abierto a otras disciplinas y experiencias». Lo inauguró en septiembre el valenciano Alex Marco («fue también nuestra manera de corregir cierta tendencia de la galería, que no representa hoy a ningún artista local»), y que estos días se alía con el diseño. Muy pronto lo hará también con la danza: «Necesitaba poner en marcha algo así –confiesa Adelantado–. Primero comenzamos con las visitas guiadas, luegos los talleres… Además, cuando un proyecto como una galería te absorbe tanto, que sólo te falta dormir aquí, quieres que pasen cosas. No criticamos el contexto. En Valencia está ocurriendo cosas. Y posiblemente, reacción a ese movimiento, es nuestro deseo de movernos con él».

Mencionábamos entre los pioneros de este tipo de inciativas a L21, en Mallorca. Óscar Florit, su director, aclara que la intención que movía a un espacio en su seno como Envelope es justo el contrario a todos los presentados hasta ahora: «Precismente, si algo nos caracteriza a nosotros es trabajar con artistas emergentes, por lo que lo que nos interesaba era presentar proyectos puntuales de artistas algo mayoresa los que reprersentamos para contextualziarlos y generar un efecto llamada». Esas exposiciones de bajo coste tienen como condición caber en un sobre (de ahí el nombre). Y por su espacio han pasado desde 2012 creadores como Ignacio Uriarte o Juan López. Cuando la galería abrió un año después en Madrid su Ventana, sí que ésta se enfocó ya en dar una oportunidad a gente sin galería en la ciudad, aprovechando la caja de resonancia que es Doctor Fourquet. La misma firma, también en la isla, desarrolló durante el año pasado un programa comisarial titulado Apartamento en un piso situado sobre sus salas, y que ahora se mueve al domicilio del propio galerista. «Supongo que organizamos cosas así por lo mismo que tenemos una galería: por hacer cosas distintas, no para hacernos ricos. Esto no se lo recomendaría ni a mi peor enemigo. Pero estamos contentos porque hemos abierto puertas a artistas posicionados, que se toman el Envelope como un reto y que luego han desarrollado en otros espacios institucionales lo que iniciaron aquí».

La apertura de nuevas sedes de ciertas galerías en Barcelona ha propiciado que estas cuenten con más espacio para ampliar las áreas de negocio. Es el caso de Senda, o de Nogueras Blanchard (en la que la cocina da pie a mesas redondas, charlas, presentaciones…), pero, sobre todo, de Carles Taché, que ya tenía experiencia en la ciudad en estas lides con su segunda sede, la Taché. Ese testigo lo recoje ahora Projects, que dirige Carlos, el hijo del galerista: «Cuando contábamos con dos espacios separados, buscábamos que los programas también estuvieran distanciados. Projects se inserta ahora en el seno de la galería con otra vocación: de un lado, trabajar con artistas emergentes internacionales (el primero fue Fernando Moleres. Ahora, Guillermo Pfaff). Por el otro, vincular a los grandes creadores a los que ya representa la galería (Bosco Sodi, Sean Scully…) pero mostrando de ellos facetas curiosas de su trabajo». Sus exposiciones, «proyectos más fluidos, más cortos, que se alternan con los de la galería», surgen de la necesidad de mantener vivo el que, en su opinión, debe ser el espíritu de un ámbito privado como éste, «que no debe desatender ni el contexto, ni a las nuevas generaciones»: «Es el arte del futuro y se le debe valorar también desde el mercado», señala Taché.
Los miembros de 1er Escalón, que llevan dos años vinculados a Art Nueve desde AB9, confirman como Miguel Ángel Sánchez la viabilidad de este tipo de proyectos: «A la galería le convienen porque generan caldos de cultivo interesante que repercuten en su futuro. Estas acciones la visbilizan, le acercan a creadores que no conocería de otra manera y a públicos más amplios». Ellos, que entraron en esta galería murciana a través de una invitación tradicional, desarrollan una titánica labor en la que inciden en los procesos y en la que, para abaratar costes, suele prevalecer el vídeo: «El balance es positivo. Nunca hemos tenido apoyo institucional pero tampoco lo hemos buscado. Aquí no hay compromisos mercantiles. Promovemos dar voz a gente sin galería o a gente con galería pero que no pueden desarrollar determinadas prácticas en ellas».

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 18 de noviembre de 2015