De «Rostros» a «Sin filtros». El retrato fotográfico de los europeos en Madrid

Rostros con y sin nombre

El retrato de los europeos actuales, los que lo son por nacimiento y a los que no les dejan serlo, queda fijado estos días en tres exposiciones fotográficas en Madrid

Fotografía de Boris Mikhailov de la colectiva "Rostros" (CentroCentro)
Fotografía de Boris Mikhailov de la colectiva «Rostros» (CentroCentro)

Para hacerse una idea general del concepto que Frits Gierstberg, el comisario de «Rostros» (en CentroCentro), tiene del retrato, tiene dos opciones. Una es acercarse a los vinilos de las salas, aunque yo se lo desaconsejo, si no quiere acabar tarumba. No sabemos si por jugar con un espacio en el que se puede entrar por un lado y su opuesto (lo que marca el recorrido), o para acabar con el mito de que una foto «atrapa» la personalidad de una persona (cuando todos sabemos que nuestra identidad es plural, mutable y depende del día), también los temas en los que se agrupan los 33 artistas convocados en esta cita se repiten pero cambiando de nombre. Eso, cuando no cubren el trabajo de tan sólo dos o tres creadores o nombran a algunos que no aparecen luego en esas paredes sobre las que se apoyan. 

La otra posibilidad, pues, es ojear el catálogo en el que se asienta la exposición, organizada por PHotoEspaña y el Ayuntamiento de Madrid y coproducida por el Nederlands Fotomuseum, el Bozar de Bruselas y el Museo de Fotografía de Tesalónika. Hay un ejemplar disponible para la consulta al final (o principio) del recorrido, aunque les advierto que no se ha reeditado en castellano para la ocasión.

Entre una y otra opción les quedará más o menos claro que el retrato fotográfico es un género heredado de la pintura, que nunca antes como ahora se han hecho tantos (gracias a móviles y «selfies»),aunque también, paradójicamente, jamás se han consumido tan rápido o, ante la saturación, cuentan con tan pocos receptores; y que en su devenir ha influido la globalización, la inmigración e internet.

Imagen de Mathieu Pernot en la colectiva del Centro Cultural Conde Duque
Imagen de Mathieu Pernot en la colectiva del Centro Cultural Conde Duque

Curiosamente, la muestra de CentroCentro, que pretende repasar la evolución del género en Europa de la Caída del Muro hasta hoy, no incluye ejemplos de esa «democratización» y viralización del retrato. Tampoco de la influencia del migrante. Tiende más a defender cómo en un mundo global nos empeñamos en defender lo local (como en la obra de Stratos Kalafatis).

Por eso, cansados ya de ver siempre los mismos retratos de Thomas Ruff (la salsa de varios guisos en este PHE, como el de otra exposición desnortada, «Transiciones», en el Círculo de Bellas Artes), de Jorge Molder o Alberto García-Alix (y demos gracias que este último está, porque así hay un español en esta selección europea), les invito a pararse allí ante autores que realmente retuercen el concepto identitario, como Dita Pepe, cuya «personalidad» viene marcada en función del hombre y el contexto «con el que» y «en el que» se autorretrate; Luc Delahaye, que hace décadas robaba fotos en los metros de París y Bruselas con cámara «de carrete»; o las clasificaciones taxonómicas de Versluis y Uyttenbroek.
Porque de allí se sale con la idea de que lo que es connatural al retrato es que el modelo pose, con más o menos ganas. En ese caso, este tendrá nombre propio (los de Christian Courrèges son los grandes políticos europeos); un nombre individual (porque representan a una persona) o colectivo (si lo hacen representando a una cultura, un equipo, un gremio, una clase social…).

Al llegar al Centro Cultural Conde Duque, se diluyen los nombres. De hecho, una simple línea, real o imaginaria, una frontera, los niega. Lo que se imponen entonces son los números. Como bien reza el subtítulo de «¡A las puertas del paraíso!» (porque para algunos, esto es lo que es esta caja de grillos en la que hemos convertido Europa), es un ensayo fotográfico (y artístico) «sobre el migrante, el nómada, el exiliado, el refugiado o el apátrida». Personas con nombre, sí, pero que el continiente ve como amenazante masa. Los testimonios que aportan autores como el francés Mathieu Pernot (que los fotografía cubiertos por completo, casi como estatuas inmóviles), John Batho (que vira las imágenes a colores fríos, sentimientos con los que buena parte de la sociedad se «acerca» a ellos) o el español Juan Valbuena (que prefiere cederles un cuaderno, y con ello, la palabra, y recopilar sus impresiones en primera persona), se contraponen a una interesantísima sección histórica (revistas como Vu o Match, que documentaron el éxodo español durante la Guerra Civil, o las placas del Museo Nicéphore Niépce sobre los sistemas para controlar las inmigraciones gitanas de principios del siglo XX), que evidencia que la Historia se repite una y otra vez.

Fotografía de Ignacio Gil de la colectiva "Sin Filtros"
Fotografía de Ignacio Gil de la colectiva «Sin Filtros»

El tercer estadio en este recorrido de lo más a lo menos amable asociado al retrato se materializa en La Casa del Lector. El «#SinFiltros» del título de esta muestra de fotoperiodismo orquestada por Matías Nieto, jefe de fotografía de ABC, y en la que colaboran hasta 18 fotorreporteros (entre ellos, Ignacio Gil, uno de los mejores retratistas de este periódico en la actualidad), más Mikel Ayestaran (con un sentido texto para el catálogo, el titulado «Intente ponerse en su lugar», con el que predispone nuestro avance entre las instantáneas y los vídeos), no se refiere tanto a la manipulación de la estética de las imagenes centradas en los refugiados cuanto a la «verdad» que contienen. Entre retratado y retratista no se impone nada: tan solo la distancia focal.

Y mientras nos impregnamos de las visiones personales en Lesbos, Idomeni, Hungría, Macedonia o Siria de Sergi Cámara (que les devuelve la dignidad al invitarles a posar para él), Iker Pastor o Santi Palacios, uno mismo, en un intento por hacer una lectura positiva de todo esto, recuerda que un retrato no atrapa la verdadera identidad y que no es más que un instante; estos, de entre 2015 y comienzos de 2016. Esperemos que sus protagonistas hayan recuperado ya sus nombres y disfruten de ellos… En algún lugar de Europa.

Fotografía de la colectiva "Rostros", en CentroCentro
Fotografía de la colectiva «Rostros», en CentroCentro

Rostros. Fotografía europea de retrato desde 1990. Colectiva. CentroCentro. Madrid. Plaza de Cibeles, 1. Comisario: Frits Gierstberg. Hasta el 28 de agosto. ¡A las puertas del paraíso! Colectiva. C.C. Conde Duque. Madrid. C/ Conde Duque, 11. Comisarios: François Cheval y Audrey Hoareau. Hasta el 4 de septiembre. #Sin Filtros. Colectiva. Casa del Lector. Madrid. Paseo de la Chopera, 14. Comisario: Matías Nieto. Hasta el 18 de diciembre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *