Javier Codesal. «Trompetas». Galería Elba Benítez

Javier Codesal, vivir para contarlo

El del suicidio es un tema tabú de nuestra sociedad. El cineasta Javier Codesal lo aborda sin paños calientes en la galería Elba Benítez. Eso es ‘Trompetas’

Reconozcamos que la obra de Javier Codesal (Sabiñánigo, 1958) nunca ha sido fácil. Y no me refiero a que sea difícil de digerir, barroca, alambicada u obtusa. Es más una cuestión de que trata temas de los que ‘queman’, de aquellos que llevan a retirar la mano cuando se nota el calor de su llama. Él dice, lo hizo en una entrevista en estas páginas hace ya muchos años, que su propósito no ha sido nunca el de generar obras duras, o aludir a cuestiones complejas de asumir: «Lo que ocurre es que no he podido nunca cerrar los ojos».

No los cerró cuando el sida era una pandemia que se nos echó encima, ni cuando se trató de condenar el estigma de la enfermedad, el rechazo por no cumplir cánones, la invisibilización del anciano… Porque sí: hay una línea en su trabajo que se ha ocupado del cuerpo, del suyo, primero como ‘performancer’, y luego del otro. Y ahora tocaba el ejercicio más difícil: el cuerpo del que no se siente a gusto con el suyo y, lo que es peor, el de aquel que quiere romper definitivamente sus vínculos con el mismo…

Qué eufemismo más estúpido he empleado para hablarles del suicidio. Esa palabra que solo nombrarla da miedo. Y, sin embargo, lo escribe Codesal de puño y letra, son cada vez más nuestros jóvenes que experimentan un «sufrimiento insoportable que les empuja a prácticas autodectructivas, llegando a considerarlo o, al menos, a intentarlo». ¿Cómo evitarlo?

Cartel con textos del Apocalipsis

Nadie dijo que ‘Trompetas’, el proyecto que ahora le devuelve a la galería Elba Benítez (mientras el Círculo de Bellas Artes de Madrid y la Filmoteca de Galicia repasan parte de su filmografía), desarrollado con el apoyo del programa de ayudas a la creación y la movilidad del Ayuntamiento de Madrid, fuera fácil. Y nos ponemos en la piel del otro, del propio Codesal, en ‘su cuerpo’ y ‘su cabeza’, y asumimos que no ha tenido que ser sencillo hacerlo. Porque el punto de partida es un libro de poemas, ‘Me muero por vivir’, de su propio sobrino-nieto Álex Codesal, un joven transexual que un día, sí, decidió quitarse de en medio (otro eufemismo para intentar rebajar la tensión, como si hiciera falta).

Álex escribió su poemario durante sus dos estancias en el Hospital Clínico San Carlos y la Clínica San Miguel tras un intento de suicidio en diciembre de 2021. En él, la cuestión se trata sin paños calientes, y con crudeza, verbaliza pensamientos y situaciones que ya hemos escuchado a otras personas en sus zapatos: la ansiedad previa, las autolesiones, los trastornos alimentarios (ese «dolor físico» que era necesario «pues mitiga al psicológico»; ese sufrir hambre «por la ansiedad que tengo y sentir ansiedad de lo que como»…).

Y, junto a los versos, a modo de pies de página, textos en prosa que contextualizan lo leído. Codesal lo emplea todo como guion de un nuevo vídeo en el que, en línea con otros recientes en los que hace una lectura personal de la Biblia (‘Evangelio en Granada’ ‘Evangelio mayor’ o ‘Testimonio de Frederman’) lo relaciona con el Apocalipsis, un ‘título’ que literalmente significa ‘Revelación’ y que vulgarmente se ha reducido a una llamada sobre el fin del mundo y el Juicio Final. La decisión de un joven de acabar con su vida se entiende aquí como una equivocada ‘revelación’ contra la que hay que ‘reblerarse’, lo que se realiza a través de sonido fuerte de ‘trompetas’ (de ahí su título).

Fotografía de la serie ‘Trompetas’

Como el libro de Álex, en el vídeo se alternan dos partes (y hasta tres, si contamos con la actriz fetiche de Codesal que va declamando, ante la indiferencia de los viandantes, fragmentos del Apocalipsis por las calles de Madrid). Sus versos son recitados por otros seis jóvenes transexuales (de los que se exhiben sendos retratos fotográficos antes templos de diferentes confesiones religiosas que les expulsan de sus espacios y les niegan su existencia); tantas voces como diferentes personalidades en las que el joven Álex llegó a disociarse en sus episodios de trastorno mental.

Asimismo, el menor de los Codesal repasa algunas de esas entradas a modo de coda de su texto, un texto que su tío-abuelo se ha encargado de editar y que forma parte de un proyecto que cierra un retrato de Álex con extractos del texto bíblico (también en versión cartel que el espectador puede llevarse) que funciona como bisagra entre los dos libros, el religioso y el pagano.

El conjunto se eleva pues como un tratamiento simbólico de una realidad acuciante a la que el artista quiere dar respuesta de forma poética. Y acaba con una interpelación directa al espectador, que lo desarma: «Y ahora que no me muero, ¿cómo se vive?».Valiente el que es capaz de pronunciarla y valiente el que tiene una respuesta.

Fotografía de la serie ‘Trompetas’
Javier Codesal. ‘Trompetas’. Galería Elba Benitez. Madrid. C/ San Lorenzo, 11. Hasta el 29 de julio

Texto publicado en ABC Cultural el 8 de julio de 2023. Número 1.575

 

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