Josep Tornero (pintor)

«Las imágenes están llenas de fantasmas»

Con una paleta reducida que generalmente tiende al blanco y negro, el valenciano Josep Tornero, que expone ahora en la galería T-20, nos interroga sobre la Historia de las imágenes. Su labor como pintor ya es de las que «dan que hablar»

«Selfie» de Tornero para «Darán que Hablar»

Nombre completo: Josep Tornero Sanchis. Lugar y fecha de nacimiento: Valencia, 14 de marzo de 1973. Residencia actual: Murcia. Estudios: Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Murcia. Ocupación actual: Artista visual.

Qué le interesa. En «Ensayo sobre el descrédito», que actualmente está expuesto en la galería T20, trabajo a partir de conceptos como la caída, el crepúsculo, lo fácilmente que bordeamos el desastre, e intento que la imagen mantenga cierto misterio. Gran parte de mi trabajo actual se centra en una aproximación a la propia Historia de las imágenes, a modo de pregunta, cuestionando su contemporaneidad. Es como dar un largo paseo a través de la Historia de las imágenes y los fantasmas que contiene, y descubrir algo que parece nuevo, algo que ha estado ahí durante mucho tiempo y lo descubres como actual. O a la inversa: detenerte en lo cotidiano y descubrir a esos mismos fantasmas en tu salón o en tu paseo cotidiano. Eso es lo que entiendo por contemporaneidad, esa convivencia atemporal de factores que permanecen. En definitiva, intento trabajar ideas y conceptos a partir de imaginarios en los que introducir enigmas.

«Imaginario»

De dónde viene. He tenido la inmensa suerte de exponer en galerías y espacios de diferentes ciudades, como en Montreuil, Eschlikon, Valencia, Viena, Lille, Coimbra, Roma y Madrid. Pero sin duda, creo que las tres exposiciones que hasta el momento más repercusión han tenido se dieron en el Centro Párraga de Murcia, con el proyecto «Fantasmagorías: objeto y síntoma» (2015), la instalación pictórica que presenté en la exposición de artistas e investigadores de la Real Academia de España en Roma con el proyecto «Gods, Animals and Death», de 2016; y la última muestra, que actualmente se encuentra en T20, con el título «Ensayo sobre el descrédito». También ha sido muy importante la participación en las pasadas ediciones de EstampaARCOmadrid de la mano de Nacho Ruíz y Carolina Parra.

«Sogno II»

Supo que se dedicaría al arte en el momento en que… Desde muy pequeño ya dibujaba, apenas recuerdo la edad, por lo que mis primeros garabatos fueron posiblemente entre los dos y los tres años. Sí recuerdo, a partir de los cinco o seis años, mirar con fascinación las pinturas que ilustraban los libros de Historia, y comprar en el quiosco un buen número de cómics de Marvel y DC que todavía motivaban más esa necesidad de dibujar.

Lo hacía en la escuela, en casa después de los deberes y durante los fines de semana… Más tarde, durante el Bachiller y antes de iniciar los estudios de cerámica artística, solía ganar algún dinero extra dibujando escenas de contenido sexual que me encargaban algunos compañeros de clase. Aquello acabó cuando el director del centro requisó algunos de los dibujos que empezaban a circular por las aulas y me solicitó en su despacho. A pesar de haber ocurrido en un centro católico, he de añadir que la reunión fue bastante cordial.

«Room 99»

¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el arte para «sobrevivir»? Quizás, por lo que respondía en la anterior pregunta, no he tenido nunca la sensación de estar haciendo algo raro para poder dedicarme al arte. Al poco tiempo de empezar mis estudios en la Escuela de Cerámica de Manises, empecé a buscar trabajos con los que pudiese compaginar de alguna manera el resto de inquietudes y aficiones, así que un buen día me vi trabajando por las noches en una panadería, acudiendo a las clases por las mañanas y ensayando por las tardes con un grupo de amigos que decidimos divertirnos formando una banda de rock…

No es difícil intuir que todo aquello acabó en un completo desastre. Tras realizar los estudios en cerámica, estuve trabajando un tiempo en diferentes talleres de Manises, hasta que decidí iniciar la aventura en la Facultad de Sant Carles de Valencia y afianzar, de alguna manera, aquellas inquietudes. Tras finalizar los estudios universitarios, allá por el 2004, la mayoría de trabajos que me han permitido «sobrevivir» han estado relacionados con el diseño gráfico y el diseño web. Ya sea en la empresa privada o a modo de docencia, se produjeron algunas de mis últimas incursiones en talleres cerámicos e incluso etapas como administrativo y alguna que otra rareza más…

«Love will tear us apart», de la serie «Mezzanine»

Su yo virtual». En redes me muevo fatal. Soy demasiado impulsivo. Últimamente intento controlarme, pero soy bastante adicto a todo lo que implique utilizar un «smartphone», una «tablet» o un ordenador, y quizás por eso me esfuerzo en seguir sin vídeo-consola y nunca la pido por Reyes. Una de las redes que más he utilizado es Facebook, y, en este sentido, intento que mi perfil sea un medio de difusión del trabajo, aunque a veces sigo dejándome llevar por mi faceta impulsiva y olvido mis propias promesas. Tengo mayor confianza en Instagram, que no deja de ser más de lo mismo, pero tiene un corte diferente. Con Twitter, en cambio, soy bastante menos activo. La faceta meramente profesional la hago visible a través de mi página web.

«Selfie» de Tornero junto a su biblioteca

Dónde está cuando no hace arte. Tanto el diseño gráfico como el diseño web han sido actividades que he desarrollado durante algunos años, aunque casi siempre he realizado este trabajo para empresas privadas, y muy pocas veces a nivel particular. Al mismo tiempo, desde 2011, estuve trabajando en mi doctorado, finalizado durante mi estancia en Roma, tarea que me hizo dedicar una gran parte del tiempo a la estética y la teoría del arte, lo que abrió perspectivas que ahora introduzco en mi trabajo. Pero sobre todo intento aproximarme al arte antes que abarcar todo mi tiempo en realizar actividades artísticas. Así que busco tiempo para leer, escuchar música, volver a ver ciertas películas o visitar exposiciones que me interesen. Creo que es un ejercicio esencial, el cual nos da más de una perspectiva crítica y nos aleja de nosotros mismos.

Obra de la serie «Fantasmagorías: objetos y síntoma»

Le gustará si conoce a… Los referentes van ampliándose al cabo del tiempo, pero sí es cierto que hay obras de Francis Bacon, Lucian Freud, Otto Dix, Kitaj, Zoran Music, Balthus o Gerhard Richter que me siguen emocionando como el primer día. Los clásicos también son un referente, y siempre aparecen de un modo u otro en mis proyectos. Me fascinan las obras de Louis Bourgeois y Juan Muñoz. El espectro se amplía con pintores como Tuymans, Borremans, Marlene Dumas, Justin Mortimer y Nicola Samorí. También en el cine encuentro referentes como Pasolini, Bergman, Antonioni, Fellini, los espejos visuales construidos por Tarkovski o el imaginario de David Lynch. Me dejo muchos, pero creo que es justo citar a artistas españoles como Charris, Gordillo, Carmen Calvo, Francesc Torres, Antoni Abad, Joan Fontcuberta, Concha Jerez, Santiago Sierra y alguien que me dejó una profunda huella en su visita a Roma como fue Paloma Navares.

Puesto que empecé a estudiar en la facultad algo más tarde, estoy a caballo entre dos generaciones. Por edad destacaría el trabajo de artistas como Paco Pomet, Iñaki Gracenea, Paula Rubio Infante, Santiago Ydáñez, Joan Morey, Sonia Navarro, Greta Alfaro, Rubén Guerrero, Moisés Mahiques, Lorena Amorós, Miguel Fructuoso, Concha Martínez Barreto o Chema López. Es difícil nombrar a todos… Y a todas. Por generación universitaria destacaría el trabajo de Rosana Antolí, Tatiana Abellán, María Carbonell, Alain Urrutia, Kepa Garraza, Sergio Porlán, Nacho Martín Silva, Carolina Valls, Cristina Toledo, Ana Barriga y artistas muy jóvenes con propuestas interesantísimas, como los trabajos de Paloma de la Cruz o las esculturas de Victoria Maldonado. Fuera del ámbito plástico tengo que acordarme de Rafael Villalobos. En todo caso, hay muchísimos artistas que realizan un buen trabajo.

«La despedida ciega»

Qué se trae ahora entre manos. Hace apenas unas semanas se inauguré en T20, pero sigo trabajando de manera procesual respecto a la misma idea, desarrollando el trabajo que vengo realizando fundamentalmente desde la estancia en Roma. Así que, tras pocos días de la inauguración en Murcia, empecé a preparar nuevos proyectos, como «La desaparición de las luciérnagas», que estoy concretando ahora. Este proyecto parte de un texto que Pier Paolo Pasolini escribió en 1975, titulado «Il vuoto del potere in Italia» (El vacío del poder en Italia), aunque es más conocido como «L’articolo delle lucciole», y básicamente se aproxima a través de las imágenes a la idea central del texto, que fue retomado por Didi-Huberman.

Es un proyecto pensado igualmente a partir de la instalación pictórica y composiciones realizadas a modo de collage, en el que introduzco montajes de imágenes y fotografías en papel que aluden al trabajo de archivo que realizo cuando no estoy pintando; junto a la presencia de alguna vídeo-proyección y evidentemente las pinturas, elementos con los que intento remarcar ese juego de orden y desorden que forma parte del contexto histórico de la imagen.

Montaje de «Ensayo para el descrédito» (G. T-20)

Proyecto favorito hasta el momento. El proyecto «Gods, Animals and Death», en el que trabajé durante la estancia en la Academia de España en Roma fue un punto de inflexión en mi trabajo, ya que ordenó de alguna manera todo aquello que había ido realizando durante los últimos años y concretó una propuesta que se ha ido ampliando hasta este mismo momento. Fue un período importante en el que coincidió la finalización de una tesis y la oportunidad de poder dedicar todo mi tiempo a pensar únicamente en mi labor.

Desde la conclusión de esta etapa hasta este preciso momento, creo que he ido elaborando proyectos con obras y propuestas con las que puedo estar contento. Aunque la mayor parte de las veces, hay una sensación de insatisfacción porque parece que no has podido abordar con todo lo necesario un proyecto expositivo, como si todo trabajo invertido pareciese poco. Pero imagino que es algo normal.

«Estudio para Ticio», en la galería T-20

¿Por qué tenemos que confiar él? El concepto de lo nuevo en estos momentos obedece más a una herencia de las vanguardias, y quizás es un pequeño lastre que venimos arrastrando. Por eso a todos nos incomoda de alguna manera esa utilización del término. En mi opinión, el arte de los últimos cien años ha acabado generando y apropiándose a la vez de nuevos y diversos discursos, nuevas y diversas tecnologías, donde cada uno nos limitamos a aportar nuestra mirada, nuestras reflexiones o nuestras inquietudes, que no es poco.

Creo que cada uno de nosotros intenta sumar una mirada en ese amplio espectro en el que ha devenido el arte, una mirada personal, que es quizás lo más parecido al hecho de aportar algo nuevo. En mi caso, la intención sobre la que trabajo mis pinturas es que el espectador no quede impasible ante ellas, y por el momento, puedo estar contento ya que a menudo me transmiten la inquietud que les provoca la obra.

¿Dónde se ve de aquí a un año? Me gustaría seguir viéndome en el estudio, trabajando, haciendo posible proyectos. Quisiera no dejar de jugar, aunque de otro modo, quizás es demasiado tarde para dejar el juego. Pero ya sea desde un contexto más o menos visible, con más o menos tiempo —puesto que este mundo está lleno de altibajos—, el deseo es el de seguir trabajando en el estudio, con tus días buenos y malos, con tus aciertos y tus errores.

Montaje de «God, Animals and Death»

¿A quién cedería esta entrevista? Anteriormente he destacado a muchos colegas. Algunos de ellos han pasado por aquí, así que voy a limitarme a explicar por qué cedería el testigo a dos artistas que admiro profundamente: Rafael Villalobos, a quien envidio su pasión por la ópera y porque todavía me tiemblan las piernas al recordar la puesta en escena que realizó en Roma, con «ROMA es AMOR al revés». Y María Carbonell, por proximidad y profunda admiración hacia su trabajo y su pintura: me parece un ejemplo de artista que ofrece uno de los discursos más potentes junto a uno de los proyectos pictóricos con más fuerza del panorama actual. Tener sus pinturas delante te deja noqueado la mayor parte de las veces. Ambos son pura dinamita.

¿Cómo se definiría en un trazo?

Texto publicado ABC.es el 22 de octubre de 2017

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