Museos en España: lo que está por venir

Museos en España: lo que está por venir

‘El futuro de los museos: recuperar y reimaginar’ es el lema este 2021 del Día de los Museos, que se celebra, como cada año, el 18 de mayo. Nos unimos a la propuesta listando los españoles que pronto abrirán sus puertas o que se amplían

Estancias del futuro Museo de Colecciones Reales (Foto: Ángel de Antonio)

El próximo 18 de mayo se celebrará una nueva edición del Día Internacional de los Museos, cuyo lema este año se ocupa de su futuro, «recuperando y reimaginando» su sentido y significación tras el paso del covid. Si en 2020, los principales centros artísticos de nuestro país tuvieron que celebrarlo a puerta cerrada, sufriendo después una bajada de hasta el 70 por ciento de sus audiencias recuperado débilmente el ritmo social, este 2021 queremos celebrarlo con ellos ‘de forma virtual’, en el sentido de que nos ocupamos de los que están por venir en los próximos meses o años. Aquellos que pronto reforzarán el frágil, pero tupido, mapa museográfico español.

Colección de colecciones

La cosecha de museos de 2021 comenzó fuerte en febrero con la puesta en marcha del Museo Helga de Alvear, en Cáceres, destinado a recoger una de las colecciones privadas más importantes de España. Su edificio de Emilio Tuñón, comparte firma con el futuro Museo de Colecciones Reales, que, pese a que comenzó a construirse en 2006, cuenta ya con fecha de apertura hacia finales de 2022, con un lustro largo de retraso.

Para cuando abra sus puertas, sus más de 40.000 m2 darán a conocer la riqueza y diversidad de las Colecciones Reales, esto es, quince siglos de Historia de España, que, pese a un origen vinculado a la monarquía, da pie a un conjunto de más de 155.000 piezas de toda naturaleza que es patrimonio público.

El edificio, situado en el complejo del Palacio Real en Madrid, y que se abrirá a los jardines del Campo del Moro, dedicará hasta 5.000 m2 a la exhibición de unas mil piezas de muy distinta naturaleza, seleccionadas de entre el total de bienes culturales que incluyen los fondos bibliográficos y documentales de las Reales Bibliotecas de Palacio Real, el Monasterio del Escorial y el Archivo General de Palacio, distribuidas en tres plantas: una dedicada a la Casa de Austria, con un preámbulo reservado a las Coronas medievales y los Reyes Católicos, y en la que se integrarán los restos arqueológicos del Madrid medieval descubiertos durante la construcción del museo; una segunda para la Casa de Borbón y una tercera para temporales y conjuntos singulares de las Colecciones Reales.

Su recientemente nombrada directora, Leticia Ruiz Gómez, está llamada a culminar un proyecto que como tal nació en 1935 y que, en sus palabras, por sus tesoros, «habrá de hacernos sentir tan orgullosos como el Museo del Prado o la Biblioteca Nacional».

Entornos del nuevo Museo de Colecciones Reales
Hacerse grande

No todo lo que llegará se basa en nuevas construcciones, sino que también incluye planes de actuación en viejos conocidos que mudan la piel. Es el caso del MACBA, que recientemente daba a conocer la propuesta ganadora de UTE Harquitectes y Christ & Gantenbein de cinco finalistas que se ocupará de su ampliación, con fecha de finalización en 2023.

‘Galería’, su nombre, es para Ferran Barenblit, su todavía director cuando se hacía este reportaje, la culminación de un «anhelo» del museo: «Institucionalmente, nos permite construir dialogando con la ciudad, a través de un concurso y no de una imposición. Y construimos ‘construyendo ciudad’, pues la estructura resultante, acaba y cierra de forma acertada la plaza dels Àngels, siendo respetuosa con el proyecto que en los 80 desarrollaron en ella Clotet y Tusquets, e impulsando la idea del museo como espacio público, que no limita sino que amplia».

La propuesta, con un peso específico en el lado sur de la plaza, dialoga con el edificio ya ‘histórico’ de Meier, pero, sobre todo, une todas las instalaciones del centro (Capella y Convent dels Ángels) a través de un pasillo subterráneo, mientras aporta una terraza a ocho metros de altura que a Barenblit le recuerda a la que activó en el CA2M y que le dará al museo «un juego descomunal». Y lo que no es menos importante: le permite crecer en 3.000 m2, y sacar de los almacenes buena parte de una colección que hoy cuenta con unas 6.000 obras, «lo que redunda en ampliar los discursos de un conjunto que ya de por sí cuenta una historia antihegemónica de la Historia del Arte contemporáneo»: «La ampliación triplica el espacio expositivo disponible hasta ahora, pero lo fundamental es que multiplica por mil las posibilidades del centro», concluye el director.

Infografía del futuro MACBA

En Sevilla, la estrategia del CAAC es otra: no se construye para crecer, sino que se hace acopio de un inmueble cercano, el denominado Pabellón del Siglo XV de la Expo’92, en lo que supone la primera ampliación en su Historia. «Cuando el Monasterio de la Cartuja se rehabilitó por José Ramón Sierra para participar en esta cita histórica no se pensó en él como futuro museo. Eso obligó a ir cerrando salas para convertirlas en almacén de obras», explica Juan Antonio Álvarez Reyes, su director actual.
La recuperación de este segundo edificio, sin uso desde los noventa, será llevado a cabo por Fernando Visedo Manzanares, ganador de un concurso público financiado con 4 millones provenientes de los fondos FEDER.

Su intervención facilitará, básicamente, que el CAAC cuente con áreas de almacen, que además se pretende que sean visitables, así como una sala de exposición de unos 2.000 m2 para mostrar de forma permanente parte de la colección del centro. «En diez años, y gracias a donaciones, adquisiciones y depósitos, el CAAC ha duplicado sus fondos. El nuevo edificio libera un ala entera del actual, y con ello, invita a reordenar nuestras propuestas». El año 2023 es la fecha tope para que todo esto sea una realidad.

Infografía de la propuesta del CAAC para el Pabellón dle Siglo XV

Por su parte, el IVAM genera una tercera sede (que se suma a la histórica de Julio González y a la situada en Alcoi desde 2018), tras la cesión de la Consellería de Cultura, a través del Ayuntamiento de Valencia, de los edificios del arquitecto Demetrio Ribes en la denominada zona de Parc Central, la que ha de recuperar, tras el soterramiento de las vías de tren, los barrios de Ruzafa y Malilla para la ciudad.

Lo cuenta Nuria Enguita, su actual directora: «Esta antigua nave almacén de arquitectura industrial de unos 1.000 m2 dará pie a dos salas expositivas donde queremos, por su estructura y naturaleza, tender a modelos más experimentales basados en la ‘performance’, en el arte sonoro y visual». Ello supondría asimismo que la colección gane peso en la sede central, en un ejercicio que supone una inversión de dos millones de euros y que entierra la idea de convertir el solar anexo al IVAM (actual Jardín de Esculturas) en base de una ampliación que en su día se adjudicó al estudio Sanaa: «Qué duda cabe que el IVAM en un futuro se tendrá que ampliar, pero eso dependerá de futuros planes urbanísticos». De momento, y cuando la pandemia lo permita, el Jardín se planteará como prolongación del centro, un espacio público ganado para el barrio, en absoluto estático.

Naves de Demetrio Ribes en Valencia, nueva sede del IVAM
Sin levantar un solo muro

Diez años lleva el Museo Reina Sofía (los del mandato de Manuel Borja-Villel) trabajando en la reordenación de la colección, una ardua labor interrumpida por todas las crisis vividas por el país desde que se comenzara y que ahora ve la luz al final del tunel. En esta década, «el mundo se ha convertido en ota cosa» (dice el director), a lo que el museo da respuesta desde esta semana con un primer capítulo de un programa de seis –que irán abriéndose progresivamente en el edificio de Sabatini– en un deseo de hacer una lectura «no patrimonial, feminista, descolonizadora, inclusiva y contando con la voz del exilio» de los siglos XX y XXI.
Cuando eso culmine en noviembre, el museo habrá hecho magia y recuperado para su colección hasta 5.000 m2, articulando una narración con más de 2.000 piezas, las cuales, en un setenta por ciento, no se han visto hasta ahora.

Este primer ‘fragmento’ del relato, el titulado ‘Nos ven: De la modernidad al desarrollismo’ hace una lectura del siglo XX con ojos del XXI, poniendo el acento en la hegemonía estadounidense acabada la IIGM, pero atendiendo al contrapunto utópico latino, al papel de ‘las’ artistas (Bourgeoise, Dorothea Tunnig…), al neocolonialismo (con obra específica de Rogelio López Cuenca…), al display expositivo como modelo propagandístico… Entre medias, disciplinas poco atendidas por el museo hasta la fecha, como la arquitectura o el libro de artista, irán haciendo acto de presencia. Aparcado queda, de momento, el salto que quería hacer el Reina a Tabacalera para generar allí un espacio de residencias. No hay presupuesto. La idea se guarda en un cajón, pero no se desecha.

Obra de Louise Bourgeois en las nuevas salas del Museo Reina Sofía
¡Que vienen los rusos!

Un mes se han dado de plazo la Autoridad Portuaria de Barcelona y el Ayuntamiento de la Ciudad Condal para resolver un bloqueo que dura ya más de un año y que decidirá finalmente el futuro de la franquicia del Hermitage de San Petersburgo en España, una idea que nació en 2016 y que se ha encallado precisamente por la presión turística que supondría en el emplazamiento acordado, la plaza Rosa dels Vents, en la bocana del puerto, en la Barceloneta.

Lejana se ve la fecha de apertura de 2022 que se apuntaba cuando el proyecto final se publicó en 2019, en el que la joya de la corona es un edificio firmado por Toyo Ito caracterizado por formas sinuosas que generan espacios fluidos, sin límites, entre sus salas y sus cuatro plantas, elevado sobre un solar de más de 3.000 m2 y con una cubierta transitable. La museografía quedaría en manos de Total Museology, empresa creada en 2014 por el fallecido Jorge Wagensberg, uno de los inspiradores y principal defensor del centro. De sus seis salas expositivas, una de ellas se emplearía para los fondos del museo ruso (que rotarían cada cinco años) y una segunda se dedicaría a una supuesta colección propia, una de los mayores alicientes de la propuesta.

Infografía del edificio de Toyo Ito para el Hermitage de Barcelona
La lista se amplía…

No son solo museos, privados o públicos, los que hacen las presentaciones. También instituciones de distinta naturaleza: Tras desechar Matadero, La Fundación Sandretto podría disponer de sede muy pronto en Madrid en el Barrio de las Letras, en el edificio de la Ingobernable. La Coleccción Censored Art, apuesta finalmente por Barcelona como ciudad en la que asentar sus conjuntos, un anuncio que se hará a finales de este mes. En julio, abre sus puertas Hauser and Wirth en Menorca, en la isla del Rey (inaugurarará con Mark Bradford), con una propuesta que supera el concepto de galería… A todos ellos habrá que decirles muy pronto feliz día de los museos. 

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 15 de mayo de 2021. Nº 1.471

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