Primera retrospectiva española de Leonora Carrington en Mapfre

Afilar las aristas de Leonora Carrington

Pintora, escultora, escritora… Los mundos oníricos e híbridos de esta creadora anticiparon muchos mensajes hoy tan actuales. Mapfre se apunta el tanto con su primera retrospectiva española

Pocas veces, que la providencia juegue a la contra, puede deparar tan buenos resultados. Porque esta exposición de Leonora Carrington de Fundación Mapfre en Madrid, su primera gran retrospectiva española, tenía que haber abierto sus puertas en 2020. No les explico por qué se retrasó tres años. Este tiempo ganado al tiempo ha permitido, sin embargo, que sus contenidos se hayan cuidado hasta el último detalle, que se hayan conseguido préstamos con los que no se contaba al principio, mientras se ha avanzado en la investigación del personaje. Y que la última Bienal de Venecia ‘derramara su leche y sus sueños’ sobre ella no ha logrado si no que su figura se haya puesto en valor y que se hayan generado grandes expectativas en torno a esta completa antológica.

¡Y qué figura! Lo defendido y puesto en valor por Leonora, en algunos casos hace casi un siglo, sonroja al moderno actual más pintado: la británica fue una adelantada a su época en lo que a conciencia ecologista o feminista se refiere: No solo se definía como «animal humano hembra», sino que en congéneres como el caballo o la hiena encontró un ‘alter ego’. Uno de los lienzos de la cita, ‘Las magdalenas’, por ejemplo, es un canto a la píldora anticonceptiva. Ecofeminismo que abanderaba sin que supiera de la existencia del término, y que la llevó a defender firmemente que sólo a través del matriarcado se podría defender al planeta de la destrucción.

Cuna a cuatro manos con José Horna

Sincrético, polivalente, onírico y ecléctico, su universo se pobló de seres fascinantes, criaturas mitológicas, rituales mágicos y creencias legendarias; como pintora, escultora y escritora; en obras en las que se dislocan los planos temporales y espaciales, donde hacen acto de presencia la alquimia, la mitología, la cábala, el espiritismo; donde las influencias del pasado reverberan en contextos que no le son propios, como el regreso al impacto que le produjo bien niña la pintura renacentista italiana que conoció en Florencia ya en la madurez de su vida en México.

De todo ello da cuenta esta cita, de ordenación cronológica y en dos plantas, aunque las últimas secciones se ocupan de sus temas más destacados, salpimentado todo con obras de autores fundamentales en su biografía: Max Ernst, Matta, Katy Horna, Remedios Varo…

Su recorrido se inicia con unas acuarelas providenciales (‘Sisters of the Moon’) que ejecuta en la Toscana y protagonizadas ya por empoderados personajes femeninos que le inspiraron los cuentos victorianos que le relataban las mujeres de su familia y su aya (sí, perteneció a la alta burguesía victoriana). Algunos lienzos de época temprana muestran su identificación con los animales, como ‘Hiena en Hyde Park’, con su correlato en el título del relato que da nombre a este apartado, ‘La debutante’, y que satiriza su propia presentación en sociedad.

‘The Spanish Physician (El médico español)’, obra de 1940 de Marx Ernst

Las casualidades escribirán páginas memorables de su biografía. En 1936 visita en Londres una expo surrealista y de pronto descubre que sus intereses tienen una concreción artística. Queda prendada además de una obra de Max Ernst de un libro deHerbert Read, el cual se recoge en la muestra de Madrid, con buena documentación, de la que no apabulla. Un año después lo conoce. ¿Cómo no iba a huir con él?

En la localidad de Saint-Martin-D’Ardèche ambos creadores generarán su santuario: él, de puertas afuera; ella, hacia el interior, donde se refugia en la cocina (otro ámbito para la alquimia), decorando muebles y puertas (también en la muestra) con figuras híbridas –unicornios, quimeras– protectoras. Lee Millerfotografiará allí a la pareja, cuya biblioteca, intacta, conservaban los actuales propietarios del inmueble, y que entra en las salas de Mapfre.

 España es escenario de los episodios más oscuros. Aquí llega cuando Ernst es arrestado por segunda vez por ser un alemán en Francia (el nazismo hace mella en Europa). En Madrid será víctima de una violación. Todo precipita un brote psicótico que hace que el padre la ingrese en un psiquiátrico en Santander.

‘Carro de Molly Malone’, de Leonora Carrignton

Eso lo terminará narrando en ‘Down Below’, título también de algunos dibujos y una pintura que compone ingresada. Sus progenitores consideraron que debería seguir la reclusión en Sudáfrica, pero el encuentro y matrimonio con el poeta Renato Leduc lo evitará, con Nueva York como destino. En su último día en Madrid visita el Prado. Lo que allí descubra de El Bosco, de Patinir, le acompañará toda la vida. ‘Brothers and Sisters Have I None’ dan fe de su renuncia a su familia. ‘Té verde’, de la necesaria metamorfosis. En el lienzo se fusiona el paisaje inglés de la infancia, el toscano, el parque del sanatorio cántabro…

Su estilo se depura en EE.UU., aunque solo pasa allí 18 meses. Sin embargo, México será el nuevo destino, donde coincide con otros exiliados fundamentales para ella: Kati Horna o Remedios Varo, que emplea de modelos una y otra vez, como en ‘La casa de enfrente’; o Emerico Weisz, con el que se casa y tiene dos hijos. La maternidad hará que en su obra se retrotraiga a su propia infancia en Crookhey Hall, que la incite a pintar al temple como aprendió en Italia con 15 años. Una técnica que tiene como base el huevo (la cocina, la alquimia, el origen): un nuevo maravilloso pliegue espacio-temporal.

‘Santuario para las Furias’ de Carrington

A partir de la sexta sección, el recorrido cronológico se solapa con el temático: primero la magia, luego, en ‘La diosa blanca’ (texto homónimo de Robert Graves), un necesario culto a deidades femeninas, protectoras, cuidadoras, destronadas por el patriarcado. Sector que da paso al que se ocupa de su conciencia política y feminista («La mayoría de nosotras, espero, somos ahora conscientes de que una mujer no tendría que pedir Derechos. Los Derechos estaban ahí desde el principio; hay que recuperarlos». El título ‘Advertencia a mi madre’ es definitorio). ¿Lo mejor? Que su feminismo no era excluyente, sino que creía que en la fusión de los dos géneros estaba la perfección. Otra dualidad, como la de la noche y el día.

En la planta baja, uno de los grandes reclamos de la muestra (tras pasar por sus tapices, o por ‘Verano’, lienzo a varias manos conErnst, Duchamp y Matta), el monumental mural ‘El mundo mágico de los mayas’, encargo del Museo de Antropología de México, que se acompaña dibujos preparatorios, depositados en la actualidad en instituciones distintas.

Hay muchos mundos en este. Todos convergieron en Leonora Carrington. Ahora, y no por arte de magia, en Madrid.

«La dicha de patinar», de la pintora
Leonora Carrington. ‘Revelación’. Fundación Mapfre. Madrid. Paseo de Recoletos, 23. Comisarios: Tere Arcq, Carlos Martín y Stefan van Raay. Hasta el 7 de mayo de 2023

Texto publicado en ABC Cultural el 11 de febrero de 2023. Número 1.554

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