Resultados de «A veces llegan cartas 2022»

Remitente bien conocido: Resultados de «A veces llegan cartas 2022»

Tercera edición de la iniciativa de ABC Cultural ‘A veces llegan cartas’, cuyos resultados, que invitan a artistas a intervenir y enviar tarjetas postales, sorprenden por su originalidad un año más

Postal de Patricia Mateo

¡Quién nos iba a decir, tras tres ediciones de #AVecesLleganCartas, la propuesta veraniega de ABC Cultural que invita a artistas (y allegados) a intervenir postales y contarnos sus proyectos estivales, que el ‘mail art’ se iba a convertir en tendencia en la canícula de estos meses de julio y agosto! Con una postal nos informó CAN, la nueva feria de arte de Ibiza –que celebró su I edición hace unas semanas–, que comenzaba andadura; y con cartas manuscritas de grandes de la Historia del Arte nos recibe estos días el Museo Thyssen desde los fondos de la colección personal de Anne-Marie Springer. Asimismo, de decenas de postales se llena el IVAM en la retrospectiva de Carmen Calvo.

Precisamente la valenciana da la pauta de lo que es ya este consolidado proyecto que lanzamos cada año a los artistas y que ‘resucita’ una vieja costumbre de esos largos veranos en los que no había forma humana de saber del otro si no era con una llamada de teléfono: intervenir una clásica tarjeta postal y contarnos en ella sus propuestas para estos días de asueto o para la ‘rentrée’, cuando comience la temporada y el descanso sea tan solo un recuerdo. Lo ‘vintage’ es tendencia y, sin forzarlo, nos convertimos en parte de ella…

Postal De Diego de los Reyes

Comenzamos el repaso de todo lo recibido a la redacción con las aportaciones de ‘los madrugadores’. Entre los remitentes hay ya buenos amigos, ‘repetidores’ que entienden el juego y que no quieren dejar de participar en él. El primero en llegar, en esta ocasión, fue Enrique Bravo de Gracia, que pixela el ‘skyline’ de la costa de Benalmádena, «cuyos hoteles y apartamentos supusieron un antes y un después en el turismo español», nos cuenta. Él sigue trabajando en esta línea en una serie titulada ‘Costa del Sol’ que pronto verá la luz. Cuco él, hace un guiño al destinatario con un falso sello de una pareja de playmobils muy flamencos.

Hay autores que, pese a su intervención, permiten reconocer la imagen original de la postal y, por ello, su lugar de origen. Como Alexander Grahovsky, que transforma el emblema de la ciudad de Madrid en El Oso y ‘el tubo de Colgate’. Lógico, él que viene componiendo en los últimos tiempos bodegones pictóricos con productos medicinales y de higiene, y que, nos relata, veremos en octubre en Navel Art. O Grillante, para el que «el verano en Sevilla no es ninguna maravilla» (la protagonista de sus naranjos urbanos tira de abanico y bermudas). O Arturo Revuelta, que genera una telaraña en la fachada del Monasterio del Escorial «que es una línea recta que une un lugar con otro».

Postal de Enrique Bravo de Gracia

En el Viveiro de David Catá vuelan sus habituales semillas de diente de león. El gallego se centra ahora en su música, inspirada en sus proyectos artísticos, y que pronto darán pie a un disco y dos piezas de vídeo-arte. Efraím Ortega impregna del espíritu colorista de su estudio en León, La Casa Magnética, las fachadas de los principales monumentos de esa ciudad. Toño Savall se despide de su labor como artista fallero dando el salto a la producción artística plagando de simpáticos monigotes negros el paseo de La Esplanada de Alicante. Pliegues textiles a cascoporro para cubrir el frontal de la catedral de Murcia por parte de Elisa Ortega. Su misión: «postergar la rentrée todo lo posible».

Albacete olvidaría la rima fácil si su alcalde dejara a Pedro J. Tornero ‘tunearlo’ con caballos y niños alados como lo hace en una postal en la que vale su precio en oro hasta el sobre en el que llegaba, custodiado por un gallo kirico. Finalmente, José Cámara transforma una inmensa paella en balneario y, además de desearnos «baños, risas y descanso», nos informa de los «poderes sanadores del caldo de pescado».

Postal de Irene Cruz

Inevitable que, siendo nuestros remitentes artistas, no se hayan visto tentados por las postales que se venden en museos. El ejemplo más claro, la portada del número que tienen entre manos, en el que el Francis Basset de Pompeo Batoni (Museo del Prado) espera su Blablacar por obra e ingenio de Patricia Mateo: «Ganas de vacaciones. Ya habrá tiempo para ponerse las pilas a la vuelta». José Antonio F.-Arroyo convierte una mariposa en bañador del ‘Diadumenos’ de este mismo museo. Otro Mateo, Mateo Fetén, convierte la cabeza de la lectora de Gustav Hennig en ventilador, que también sufre las olas de calor que padecemos. Es esta una postal que compró el verano pasado… Y que nunca nos llegó a enviar. Este se resarce. Otro homenaje por parte de Luis Pérez Calvo a Madrid y sus tascas (desde la retratada por Juan Esplandiú en 1960). Limonada en mano, se encomienda a San Cayetano, desenado celebrar este agosto sus fiestas, y pidiéndole al santo proteger su mural en Ribera de Curtidores «del rotulador de los tontos» (¿tradición estival de los mamarrachos?).

Marc Montijano se quedará tan blanco, sin tomar el sol, como el Miguel Ángel de Antonio Ciccone después de untarle bien de gesso. La gestora Julieta de Haro pone los dientes largos desde una postal del MAAT: Expo de Rosa Muñoz y Pierre Gonnord en el ECCO, tabernas portuguesas, ‘Misántropo’ en Mérida, charla de Javier de Juan en Marbella y playita en Águilas. Encuentro entre lo clásico y lo moderno (un greco y una figurita de playmobil) en el envío de Iñaki Echarte Vidarte. Guiños a los obreros de Lewis Hine de Tomás Sivera Vallés y al Toro de Osborne de Gianluca Lattuada. El primero acabará algún curso en la UMH. El segundo, nos deleita con lírica italiana (de puño y letra).

Postal de Aurora Duque

Hablando de obras de arte, año tras año nos sorprenden aquellos autores que generan sus propias postales y transgreden sus formas. Precisamente, la de este 2022 de Ana Ruiz viene atrapada en una red de pesca y expande «hasta Madrid» sus límites rectangulares con los elementos (motivos, colores) que en breve aparecerán en sus proyectos. Dibujos de esos tan minuciosos de Jan Matthews solicitando solo una cosa: un «summer coffee break». Algo a lo que también está enganchado Linearión, siempre generoso en sus envíos. La banda sonora de su verano la pone Ojete Calor. Iluminada con pan de plata, la postal de Cristina Gamón, «una de un todo más grande y, a la vez, única en sus imperfecciones, como su capacidad de brillar» y celebrar la temporada. Con descartes de fotos analógicas de Juanan Requena (técnica esta que seguirá investigando estas semanas), Alberto Cordón compone una imagen nueva. Cuando la fractura es bella.

«Cada año cuesta más elegir a dónde ir, pero no sólo de vacaciones», escribe Álex Moltó en una ‘cartolina’ que es un autorretrato con sus ya más que reconocibles cajas de cartón. Una foto propia, como lo es la de Ana de Alvear, que nos propone un plan: visitar su exposición actual en Becerril de Campos, en Palencia. Y a falta de una postal, Juan Cabello manda tres: una réplica de ‘El lavatorio’ de Tintoretto, troquelado, a la que se le puede añadir hasta tres fondos. En su texto, el artista pide ‘más música’ para el museo albacea de la pintura original. Allí pasará sus buenas tardes este artista.

Postal de Álex Moltó

Sin duda, el ‘collage’ es la técnica que reina a la hora de configurar estas propuestas. El de Tomás Valdivieso invita a conocer en septiembre los contenidos de CasaSur, y da la sensación de ser una pieza en 3-D. Desde allí nos escribe también Marcelo Mendonça (que manda un corazón azul sinónimo de ‘buena onda’), y allí expuso recientemente Aurora Duque, que sustituye el mar de la Costa Blanca por un arcoíris multicolor y pinta el cielo de verde (esperanza). Ella dará varios talleres sobre la técnica con Fantasía Collage en el Instituto de la Mujer y celebrará individual en octubre Arriaza 11. Francisco García Hermenegildo (@fgh_art) no se decide por mar o montaña. Por eso fusiona ambas realidades en su envío. Su sol, remite al de@leolocollages, que este verano buscará «enamorarse de un bicho raro».

Con fragmentos y retales de obras anteriores y guiños a las nuevas, Sara Calivi pone en valor el arte postal y «otras cosas en desuso: positivar fotos, el letraset, los mapas…». Como en la temporada venidera realizará un conjunto sobre los papeles de carta perfumada que usábamos en el pasado, nos confiesa todo esto en uno de ellos. Ahora, para ‘collages’ ‘inmensos’ (en tamaño, en calidad) los frankensteins de Juan Carlos Monroy Jiménez. Su paquete, con sus letras estampadas, era pura fantasía.

Postal de José Cámara

A veces llegan cartas… Y desde muy lejos. No falta a su cita anual Irene Cruz desde Berlín. Ha tenido temporada movidita pero ahora se quiere centrar en su labor, experimentando con foto analógica y el vídeo, grabando y escribiendo, tratando de sacar adelante un documental sobre la escoliosis y aprendiendo sobre NFTs. Ruth Gómez continúa participando en el Palazzo Dognà de Venecia en la colectiva ‘With Hands Signs Grow’ (Fund. Odalys), y algunos de sus motivos prehistóricos se pasean por la Ciudad de los Canales. Gabriel Asensio y Morgan Fexby recorren –e intervienen– sus espacios favoritos de Estocolmo. Alain Cugnenc hace el viaje a la inversa: desde Madrid, manda a sus ‘Bellos durmientes’ a su Occitania natal.

Hora de ponerse serios. Es inevitable que los incendios que asuelan media España recalen en las aportaciones más críticas. Tan bella como triste la de Carmen Alvar, con tantas cerillas pegadas sobre su superficie como fuegos sobrevenidos en este 2022, de Hermesinde a Valdepeñas de la Sierra. En lo que tardó en hacer el envío tuvo que añadir una post data con los de Zamora y Tenerife. Por su parte, Roberto Villalón y Nacho Moreno no han podido encontrar postal actual de los paisajes del pueblo familiar, Ferreras de Abajo, por ser uno de los consumidos pasto de las llamas. Por eso, han compuesto varias con recuerdos de los veranos pasados, con el deseo de regresar este allí para plantar otros nuevos. Desde aquí esperamos que verse hoy en este reportaje sea ya uno de ellos.

Postal de Carmen Alvar

Hablando de nueva vida, estupendas esas propuestas que dan una segunda oportunidad a tarjetas que fueron enviadas en el pasado: la de David Trullo, desde el Sáhara español, bebiendo negronis. La de Vicky Herreros, en los ojos de una tal Aurea Pareas, de madre enferma. Foto antigua como la que emplea David Torres, a la que pone un abanico, como el que va a comprarle a su madre. Sus estupendos ‘collages’ llegan incluso al sobre. Como pez en el agua, Alejandra Riera, cuya labor revive postales que alguna vez fueron escritas. En esta, bordada por ella, fantasea sobre esas ‘señoras’ que verá pasear por la playa murciana. Dos se solapan en la de Lo Super, de la colección ‘Recuerdos de Madrid’, de ‘Diario 16’. Incluyen un visor rojo de quita y pon que refleja las altas temperaturas actuales en la ciudad. Por su parte, Diego de los Reyes le busca nuevas parejas sexuales al protagonista de su postal a ritmo de la canción ‘Soy lo prohibido’.

No queremos que queden en el tintero las apuestas de Artktovi, de inspiración geométrica, el ‘Greting f rom Cuenca’ de José Luis López del Moral; las de Jorge Regueira y Marga Llansó (con la misma dirección: ¿la mandaría el uno a espaldas de la otra, y viceversa?) y todas las que seguro que están en camino o que se perdieron en el trayecto. Esa era una de las posibilidades, como entonces. El año que viene daremos puntual información de su llegada. Lo prometemos.

Texto publicado en ABC Cultural el 30 de julio de 2022. Número 1.530

 

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