Segundo volumen de las memorias de Nazario (Anagrama)

Sevilla tiene un «calor» especial

Anagrama publica el segundo volumen de las memorias de Nazario, «Sevilla y la Casita de las Pirañas»,  el de su despertar a la sexualidad

Nazario en su domicilio en Barcelona (Foto: Maya Balanya)

Resulta curioso que Nazario (1944), uno de nuestros iconos de la Transición cultural, que durante años se dedicó al cómic y a la ilustración, haya terminado dando, con los años, más espacio a la palabra que al dibujo, y se haya dedicado a centrarse en  esbozar su propio retrato frente al de toda esa galería de personajes que dio a conocer en publicaciones underground como El víbora o Anacorma.

Este es el segundo tomo de sus memorias; en realidad, los «guiones» que explican el origen de muchos de los personajes que pulularon por sus viñetas. El referido a la segunda etapa de su vida.

Porque hace tan solo un par de años, Nazario se reveló (y rebeló) como cronista excepcional en esta misma editorial con La vida cotidiana del dibujante underground, un volumen que repasaba sus andanzas por la Barcelona que se levantó predemocrática y se acostó olímpica.

Nazario, hoy, en su casa en Barcelona (Maya Balanya)

Entonces, el «salseo» del relato estaba en buena parte en las anécdotas de sus personajes secundarios, de Lou Reed a Ocaña, de Mariscal a  Pedro Almódovar. En el volumen actual, que terminaría donde arrancaba el anterior (y para el que Nazario utiliza la tercera en lugar de la primera persona del singular a la hora de redactarlo, en un intento de darle cierta distancia al relato, también un claro aire de crónica), el lector no reconocerá a casi nadie, lo que es una ventaja, pues permite reparar más en las dotes del andaluz para gestionar sus recuerdos, dosificar sus mensajes, trabar un relato…

Descarado y divertido como es él (dice que también «un exhibicionista muy tímido»), el discurso, que llama a todas las cosas por su nombre (lo que se agradece: con Nazario no hay medias tintas), traslada la acción fundamentalmente a Sevilla (y Andalucía).

Y el sexo será en buena parte el hilo conductor de una narración que comienza con una salida del armario (en Torremolinos, como se hacía en época aún franquista, cuando Chueca era solo un compositor) y se cierra con una detención en unos baños públicos en Londres por (no) exhibicionismo, antes de empacar para Cataluña. En medio, un novio guardia civil y otro noruego; el mundo del flamenco y la figura de Diego del Gastor; la Casita de las Pirañas, o comuna del título; Antonio de Lancha, Tomás, Lulú, la Canina… Un Nazario efervescente y en estado puro; ese amigo que siempre deja con ganas de más y que cuenta las anécdotas como nadie, aunque las hayamos oído millones de veces.

Portada del libro
Nazario. «Sevilla y la Casita de las Pirañas».  Anagrama, 2018. 282 páginas. 17,90 euros. E-book: 9,99. Tres estrellas

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