Textos sobre arte contemporáneo, arquitectura y diseño de Javier Díaz-Guardiola publicados semanalmente en ABC Cultural y otras publicaciones del sector
Acaba el plazo para participar en ‘Alégrame esas pascuas 2022’. Próxima parada: exposición en Factoría de Arte y Desarrollo (16/ 17 dic. De 10 a 20 horas)
Por octavo año me propongo que nos felicitemos las Navidades, el Black Friday, el Nuevo Año y lo que haga falta, deseándonos buenos augurios para 2023 de forma creativa y original. Una vez más, la iniciativa culmina con una exposición en Factoría de Arte y Desarrollo. Estas son las instrucciones
Eso es “Alégrame esas Pascuas”: una convocatoria que nace en la red hace ocho años, abierta a todos los artistas, y que este año recupera sin restricciones por covid la posibilidad de exhibir los originales y venderlos en la exposición que se celebrará los días 16 y 17 de diciembre en el espacio de Factoría de Arte y Desarrollo en Madrid. Este año, de nuevo, la muestra se programa, ya sin las limitaciones de aforo de 2021, con la intención de facilitar las ventas y convertir vuestras aportaciones en interesantes regalos navideños.
«Alégrame esas pascuas 2017», a la espera de la exposición en Factoría de Arte y Desarrollo el 29 de diciembre
Por tercer año consecutivo nos hemos propuesto felicitarnos estas fiestas que se avecinan y desearnos buenos augurios para el 2018 de forma creativa y original. Eso es “Alégrame esas Pascuas”, una convocatoria que nace en la red, abierta a todos los artistas, y que este año presenta una importante novedad: la posibilidad de exhibir los originales y venderlos en la exposición que el 29 de diciembre se celebrará en el espacio de Factoría de Arte y Desarrollo en Madrid
Un momento de la celebración de la expo de «Alégrame esas pascuas» en Factoría
Pues lo prometido fue deuda. Terminó la convocatoria de la tercera edición de Alégrame esas pascuas que este año llegó con una importante novedad: La celebración de una exposición de un día (el 29 de diciembre) en Factoría de Arte y Desarrollo,que fue todo un éxito, en la que se pudieron vender algunas de las obras recopiladas y que alegró las fiestas a los artistas, verdadera alma de este proyecto, sacándose unas perrillas.
Recordad que hasta el 15 de enero, todas las propuestas están a la venta en la tienda on line de Factoria. Sólo tenéis que pinchar aquí!
Con el desnudo masculino como hilo conductor, Alexis W gestiona tres de las más interesantes propuestas artísticas de los actos del Orgullo Gay en Madrid de este año. Pero no son las únicas
Imagen de «La Ventana Indiscreta 2016», de Alexis W
Cuenta con unas 150 instantáneas, de las que solo una pequeña parte se muestra en la galería Mad is Mad. Por descontado, no están a la venta, pero representan la sensibilidad de su propietario –el artista Alexis W– por el desnudo masculino, y su deseo, como explica en sus propias palabras, de abarcarlo de la forma «más democrática» posible. Porque su colección de fotografías, en buena parte de artistas anónimos o de creadores que no han pasado a la Historia oficial de la disciplina pese a la calidad de las mismas, abarca la concepción que se tiene de este subgénero artístico desde una perspectiva muy abierta y con la mirada lo más limpia posible. Continuar leyendo «Los mejores proyectos artísticos del Orgullo Gay en Madrid»
El ensayo «El objetivo barroco», publicado recientemente por Documenta Arts, da pie a analizar las claves de la fotografía escenificada en España. Conversamos con algunos de sus representantes, los más consolidados y las jóvenes hornadas (Por Javier Díaz-Guardiola)
«Miroslaw» (2009), de Pierre Gonnord
No sé cómo explicarlo, pero la verdadera realidad se genera en mi cabeza. Yo veo el mundo con cierta estética, con cierta luz, cierta perfección, y no encontrarla luego ahí fuera, por idílica, es una tortura. Por eso, porque si para contar algo yo necesito valerme de un hombre en calzoncillos con orejas de conejo, lo mejor es recrear eso, no esperar a que suceda, algo, por otro lado, no pasará nunca». El que así se expresa es Fernando Bayona (Linares, 1980). Él es sin duda uno de los máximos exponentes de la joven fotografía escenificada en España, aquella de la que se ocupa el ensayo «El objetivo barroco», compilación de algunos de los fotógrafos contemporáneos que, en palabras de su autora, la periodista Laura Revuelta, reactualizan en nuestra época las fórmulas y pasiones propias de este periodo histórico.
De opinión similar es Ismael DeLarge (Italia, 1981), otra de esas jóvenes promesas que encuentran refugio en la fotografía de estudio: «Mi sensación con este tipo de imágenes es la que experimentas cuando tienes un sueño. Al despertarte, por muchos detalles que aportes a tu interlocutor, es imposible que consigas recrearlo todo, que éste te siga en tu descripción. La foto escenificada es un privilegio, la fórmula para hacer físicos y visibles esos sueños».
«The las time», obra de Fernando Bayona de «The Life of the Other»
Gregory Crewdson o Erwin Olaf, grandes autores recuperados por Revuelta en su publicación, recuerdan por el uso de la luz o la contención de las emociones a los grandes pintores del XVII y el XVIII. De barrocos han sido también definidos los retratos de Pierre Gonnord (artista francés que, sin embargo, ha desarrollado su trayectoria en nuestro país), que comparte con algunos de los viejos maestros la capacidad para dignificar a sus modelos, sujetos anónimos a los que rodea de un halo de majestuosidad: «Soy barroco por el uso de la luz, por mi gusto por el tenebrismo. Sus fórmulas son las idóneas para generar sentimientos de distancia o proximidad entre el sujeto al que retrato y el espectador. Es una muy buena forma de mirar: no todo se puede o debe observar a plena luz del día».
También son «barrocos», por rizomáticos, los resultados en las imágenes arquitectónicas de Dionisio González (Gijón, 1965), autor precisamente de una tesis sobre la estética del horror en la foto postmoderna, que reconoce cómo en su análisis sobre la muerte de la imagen y su necesidad de epatar, terminó por cansarse de la técnica: «No me identifico con el concepto de fotografía barroca, pero entiendo que, en su recepción, la mía se englobe en este ámbito. Siempre he evitado caer en la brillantez y teatralidad de la publicidad. Creo que lo neobarroco actual, también en la imagen, ha perdido carácter trascendental y cierta gravedad finalista. Pero es cierto que esos asentamientos irregulares y no planificados que a mí me interesaron en cierto momento y que se extendían por las ciudades aportaban una visión pavorosa, fractal, deleuziana: muy barroca».
Fotografía de Ismael Delarge
Este tipo de foto ha contado siempre con importantes representantes en nuestro país, de Eugenio Recuenco a Álvaro Villarrubia o Eduardo P. V. Rubaudonadeu –autores que han basculado entre la moda y el arte– y continúa en nombres como Pablo Lecroisey o los jóvenes Ángel Guzmán e Irene Cruz. Sin embargo, no sólo de un ámbito como el publicitario llegan las influencias. Aurelio Monge (Jaén, 1971) recuerda irónicamente que «nunca hubo un estilo fotográfico en el barroco», de forma que todo lo que se haga hoy bajo su influencia será novedad. Él, que descubrió la cámara temprano, y el desnudo como género desde el que desarrollar una fructífera trayectoria, se define como «neopictorialista», un fotógrafo que bebe más de la pintura (fundamentales Caravaggio o Ribera) y que huye de la teatralidad del «barroquismo»: maquilladores, saturaciones, imágenes grupales… «Yo lo traduzco todo a música, y me veo más como un coreógrafo o director de escena». Bayona enumera a Joel-Peter Witkin, el fotógrafo de los muertos, a Olaf a Crewdson, aunque también a mucha fotografía publicitaria pero anónima. Nada de Richard Avedon o David LaChapelle. «Y la pintura flamenca: cómo iluminan. Entonces la luz sólo podía llegar del sol o de una vela. Y así tiendo yo a utilizar ahora el flash. Tres a lo sumo, como si de tres pequeñas candelas se tratara. La actualidad de Vermeer es total». DeLarge menciona a Miron Zownir («mucho más crudo que yo, que intento ser poético hasta en lo más duro»), el performancer Oleg Kulik y a dos directores de cine: el belga Thierry Zéno y el alemán Jörg Buttgereit. «En el cine, tiendo de manera natural a lo underground, que, en este sector, es todo lo que no sea mainstream». Gonnord también habla de la literatura y del celuloide, ya que «su mirada es más contemplativa, acercando y alejándo su objetivo como un zoom, circulando como en un paisaje».
«Cocina (Víctor, 29 años)», de Ángel Guzmán
Él no es un artista de estudio, pero sí de espacios cerrados. Ahora realiza una colaboración para San Sebastián 2016 y se ha trasladado al País Vasco a retratar a los deportistas que levantan piedras. «Es necesario introducirse en el ámbito del modelo. Con ello se consigue que sus rostros, sus gestos estén menos forzados, menos fabricados». Bayona construye sus imágenes, como lo hace Ángel Guzmán (que acaba de celebrar su primera individual en Málaga con la serie sobre la transexualidad I Wanna Be a Buterfly), pero ambos inciden en la importancia de los detalles: «Como en la pintura flamenca –agrega Bayona– todo tiene un porqué. Cada elemento es como una palabra en un libro y es tan importante como el modelo». «Realidad y ficción se mezclan constantemente –concluye Guzmán–. La foto es una mentira en sí misma. Pero yo prefiero hablar de mi trabajo como documental escenificado. Uso modelos de la vida cotidiana, que ficcionalizan su vida en mis fotos. Lo que yo hago es crearles un escenario idóneo para tal fin».
Ismael DeLarge se considera barroco, pero no por la apariencia de sus resultados, sino por la potencia de sus contenidos: «Tiendo al exceso, al horror vacui, pero me contengo para que no se pierda el mensaje. Sería como aquella orquesta en la que tú concentras la atención sólo en un violinista. Me gusta hablar de mis trabajos como muros de ladrillo en cuyo interior hay una casa de cristal. Está bien que te dé una patada a la cara al principio, pero lo siguiente, si lo superas, será un arrullo». A Dionisio González le seduce el carácter ficcional de la imagen, su idea de simulacro sobre la que escribió Baudrillard:«De hecho, me pregunto si hago fotos o arquitecturas. De la foto me interesa su capacidad no para generar una imagen, sino como campo desde el que lanzar propuestas».
«El sueño de Baco», fotografía de Aurelio Monge
Consultados por la capacidad para la improvisación en este tipo de foto tan controlada, su respuesta es desigual: No se pueden controlar ni las miradas, ni los ademanes, exponen Gonnord y Bayona. Este último reconoce que un suspiro, un cierre de ojos puede dar al traste con la idea inicial y convertirse en la final. Monge es de los que opinan que en la foto todo es muy real («no se puede forzar nada»). DeLarge argumenta que han sido tantas horas de conversación con el modelo, que poco espacio queda para lo no meditado…
En su opinión, ¿vivimos en una sociedad barroca? Abre fuego Bayona: «Por supuestísimo. Y hemos creado un mundo paralelo en redes sociales en lo que todo es mueca y escenario. Pura pose». Para Monge, «todo es fachada y una huída hacia delante»: «¿Qué triunfa en literatura y televisión? La revisión histórica. ¿Qué es «Juego de Tronos» si no una batidora de mitos?». Pone el punto y final González: «Somos barrocos en el sentido de la descomunalización de lo visual. El espacio social de la red es inabsorbible. Ella tiene vocación democrática, pero internet es un tiradero de información desjerarquizada. De hecho, nuestra subyugación por la pantalla ha dado pie a un nuevo lenguaje, jergas, neografías puramente barrocas: ¡Simplificamos las palabras con emoticonos que son dibujos de lo más elaborados! Hay una tendencia a la «graforrea», a la banalidad redaccional». Cae el telón.
«Dauphin», fotografía de Dionisio González
Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 12 de marzo de 2016
Todos los artistas de esta exposición han mantenido relaciones con su comisario
«Solo es sexo». Colectiva. Galería Fernando Pradilla. Madrid. C/ Claudio Coello, 20. Comisario: Javier Díaz-Guardiola. Del 31 de marzo al 21 de mayo.
«Intimidad» (2015), fotografía de Santi Ruiz
Lo conseguí. Ya acaparé su atención. Logré que saltaran del título de este texto y se introdujeran en su contenido. Como periodista, sé mejor que nadie que nada como un titular que contenga la palabra «sexo» para que esa noticia se convierta en un viral en internet. Y tienen razón: éste, no la contiene. Pero ustedes la dieron por implícita. Yo me refería a relaciones afectivas, profesionales, de calado intelectual… Pero más de uno dio por hecho que las mismas eran de naturaleza sexual. Sexo, sexo, sexo... Dicen que el dinero hace girar el mundo, pero no es cierto. Es el sexo lo que le hace moverse. Aunque si hay dinerillo de por medio, este gira mucho más rápido, qué duda cabe. Continuar leyendo ««Sólo es sexo». Galería Fernando Pradilla. Colectiva»