Textos sobre arte contemporáneo, arquitectura y diseño de Javier Díaz-Guardiola publicados semanalmente en ABC Cultural y otras publicaciones del sector
Creadores como Juan Carlos Bracho, Santiago Ydáñez, José Luis Serzo, Alberto Centenera o Juan Francisco Casas nacieron lejos de los centros artísticos. Con una trayectoria consolidada, vuelven a sus pueblos para compartir allí parte de lo conseguido
Fotograma del vídeo ‘Writeen on the Wind’, de Juan Carlos Bracho
Para cualquiera de nosotros –la gran mayoría–, La Línea de la Concepción es un municipio en el sur de la provincia de Cádiz perteneciente a la comarca de Campo de Gibraltar, que, según datos demográficos de 2020, cuenta con unos 63.000 habitantes. Son estos apuntes generales, como que se asienta sobre el istmo arenoso que une el peñón de Gibraltar con la costa, propios de cualquier guía de viaje antigua o de la actual Wikipedia, los que nos ubican la localidad en el mapa. Continuar leyendo «El regreso de los artistas a sus pueblos»
Segunda edición –quizás la última– de la ‘bienal de arte autogestionada’ por artistas en un edificio abandonado de Madrid. El aumento de participantes y de de curiosos que se interesan por la iniciativa marca el éxito de la convocatoria de 2021
Intervención de Tamara Arroyo
Ayer acababa la segunda edición de Aragon Park, la denominada por sus responsables como «bienal de arte autogestionada por artistas», en un edificio abandonado y en ruinas a las afueras de Madrid, en el municipio de Coslada, en un polígono industrial de cuyo nombre (además de de sus escombros) se apropia la iniciativa. Continuar leyendo «Aragon Park 2021»
Nuevo reto en redes sociales con la ciudad como paisaje
¿Cómo es la ciudad que ves ahora desde tu ventana? ¿Cómo es aquella a la que no prestabas atención y hoy echas de menos? Mándame una foto, un dibujo, una pintura de esta nueva situación. Eso será el proyecto virtual y colaborativo «La ciudad desde mi ventana»
«La ciudad desde mi ventana»
Se me ha ocurrido una nueva idea, de esas locas de las mías. A ver para lo que da. ¿Os acordáis de esa ciudad, la que fuera, bulliciosa a la que quizás no prestabais atención hasta hoy? ¿Qué ciudad veis ahora? Queridos artistas: Mandadme un dibujo, una foto, una pintura a javierdiazguardiola@gmail.com con la ciudad que contempláis en estos momentos, la que experimentáis ahora confinados. La que no podéis disfrutar. Una imagen que valga más que mil palabras y que resuma vuestro estado de ánimo (y de confinamiento). Una pequeña explicación de la misma también será bienvenida. Yo no soy artista, pero os dejo la mía. Yo no tengo la suerte de vivir en el centro ni de ver la Cibeles todos los días. Y lo que me sale es un muro que, sin embargo, alberga en un lateral un espacio de salida hacia la esperanza… ¿Comenzamos? Arranca #LaCiudadDesdeMiVentana
Hace cinco años nacía Los Doscientos, proyecto editorial de Rafael Doctor para fomentar el coleccionismo de arte. Veinte publicaciones después, da pie a una pequeña (y potente) comunidad artística
Rafael Doctor y Ana Llario, responsables actuales de Los Doscientos (Foto: Maya Balanya)
Cuando en 2013 el gestor cultural y comisario Rafael Doctor (Calzada de Calatrava, 1966) decidió autoeditarse su segunda novela (Tormenta de amor, se titulaba), plantaba, sin saberlo, el germen de lo que sería años después otro importante proyecto que fusionaba su amor por los libros y el arte, Los Doscientos, que ahora cumple cinco años: «De La tormenta se lanzaron 400 ejemplares –recuerda–. A la hora de venderlos, me di cuenta de que a los que valoramos el libro como objeto, si el autor te lo personaliza con un autógrafo o una dedicatoria, este cobra otro valor». De esta manera, lo que Doctor hizo con cada uno de aquellos que adquirieron su novela en ese momento fue personalizarles la portada, intervenírsela pictóricamente. No había dos ejemplares iguales. Continuar leyendo «Los Doscientos cumple cinco años»
«Para eso que la ciencia no puede explicar está el arte»
La Historia, en el ojo del huracán de Francesc Torres. Su trabajo llena en estos momentos tres plazas: el MNAC como comisario de los fondos de su colección, el centro Arts Santa Mónica y la galería T-20
Francesc Torres en su estudio (Foto: Inés Baucells)
Francesc Torres (Barcelona, 1948) entra en el MNAC como comisario de su colección (o como artista con la misma, ¿quién sabe?); eso es La caja entrópica. Llega a Arts Santa Mónica, también en Barcelona, junto al pintor Santiago Ydáñez (¿Qué sabe la Historia de morderse las uñas? No me digan que no es un título precioso). Y en la galería T-20 de Murcia se muestra más íntimo, en una escala más asumible. Tres propuestas distintas, tres casos en los que la Historia es el hilo conductor. Continuar leyendo «Entrevista a Francesc Torres (MNAC, T-20, Santa mónica)»
«Volvemos a vivir una época muy negra para el arte en España»
El pintor Jorge Galindo es el encargado de releer la colección del Museo Lázaro Galdiano desde el arte contemporáneo. Y su apuesta nos lo descubre a él mismo como coleccionista, además de como forofo de la pintura
Jorge Galindo en el montaje de «El gran juego», en la Lázaro Galdiano (Foto Isabel Permuy)
Tercer capítulo de «Reinterpretada», el programa comisariado por Rafael Doctor para que el arte contemporáneo dialogue con la colección del Museo Lázaro Galdiano, y había que darle una vuelta de tuerca al proyecto. Por eso, tras Enrique Marty y Santiago Ydáñez (¿para cuándo una mujer?), Jorge Galindo, el artista que se toma muy en serio lo de no tomarse en serio la pintura, es el convocado. En el antiguo salón de baile, una gran intalación de su factura homenajea a una publicación ligada a esta casa (la revista Goya); y en el resto del edificio, no obras de su mano, sino de su propia colección, así como ejemplos de sus innumerables colecciones (discos, vinilos, libros…), le hacen un guiño a los tesoros de Galdiano. Bienvenidos a este «caos controlado». Continuar leyendo «Jorge Galindo. «Reinterpretada III». Museo Lázaro Galdiano»
Nunca está de más tomar conciencia sobre nuestra relación con el resto de animales. Ese es el propósito del festival «Capital Animal», en Madrid, cuyos contenidos, a veces, llenan demasiado la cabeza de pájaros
Una de las fotografías de «Soy tú», serie de Amparo Garrido en «Animalista»
Partamos de la base de que «Animalista», en La Casa Encendida (hasta el 12 de junio), no es una exposición de arte, por mucho que a su comisario principal, Rafael Doctor, le guste decir que dentro de cada persona hay un artista. Es un proyecto plural y activista, bienintencionado y combativo, del que forman parte un buen número de artistas, pero no solo ellos, y no todos tan buenos. De hecho, y con diferencia, su mejor propuesta es la de un médico, Alejandro Garrido, cuya aportación, titulada «¿Quieres que hablemos?» propone sin dogmatismos ni aspavientos pautas para afrontar el debate de un tema, el de la defensa animal y todos sus aledaños (veganismo, caza, tauromaquia, determinadas propuestas de ocio como los circos o los zoos…), que levanta pasiones enconadas.
Decíamos que no puede ser entendido como proyecto artístico porque, de ser así, hay errores de bulto que no podríamos pasar por alto. Uno de los más llamativos, el de la disposición de las obras en su primer apartado, el que los comisarios han dejado en manos de Enrique Marty (responsable del montaje) y que ellos entienden como una especie de gabinete de museo antiguo con más de 200 obras que tapían literalmente las paredes, en un deseo de mostrar la fascinación que el «animal humano» (la terminología empleada, en ocasiones, resulta pueril) siente por los «animales no humanos». Y entonces aquello se convierte en un tótum revolútum (sin cartelas) en el que cualquier obra de cualquier autor que tenga a un animal como icono tiene cabida, independientemente de la calidad, el tamaño o el número.
Fotografía de Quique Carbajal para «Otras tauromaquias»
Si se ha tenido la suerte de presentar una obra monumental como la de Alfonso Galván o Santiago Ydáñez, o varias de prestancia como las de Pierre Gonnord o Amparo Garrido (la segunda pregunta sería por qué sus primates y sólo sus primates son «indultados» del maremágnum en paredes blancas, cuando desde la cartelería de la fachada ya se nos advierte de que no se debe hacer diferenciaciones entre especies), enhorabuena: serán fácilmente localizadas. Son muchos los artistas que me preguntan por redes si he visto en tal escenario sus obras, y a todos les he de contestar lo mismo: creo que no. Y mucho menos admirar sus matices si estas me quedan a tres metros de la cabeza (y yo soy bastante alto). Reconozco que lo que yo sentí fue el mismo aturdimiento que un niño en una pajarería, donde las jaulas ahora eran los marcos de los cuadros y las fotos.
En la segunda parte de la muestra –acto central del programa Capital Animal, promovido por la plataforma homónima)–, en una habitación enfrentada, es tiempo de agitación; de violencia, esclavitud y tortura animal y del surgimiento de nuevas preguntas. Se nos dice, por ejemplo, que es el sistema capitalista el que sustenta estos comportamientos, mientras en uno de los vídeos proyectados se reproduce el sacrificio de perros para su consumo en un mercado presumiblemente chino. ¿Por qué en este sector, por ejemplo, faltan cartelas o las de los dibujantes e ilustradores no incluyen datos? Porque, sinceramente, la viñeta de Forges del toro que se interroga sobre el porqué de su situación sería valiente en 1970 o 1980. En 2016, es una bobería. Y lo peor es que la misma ilustración (junto a otras, estiradas hasta la ruptura de los pídeles de los «originales») se repite en citas como la de la Calcografía Nacional («Otras tauromaquias», hasta el 25 de mayo), donde volvemos a encontrarnos con buena parte de los artistas convocados aquí (podría decirse que, vista una muestra, vistas las dos: El Roto, Forges, Malagón, Santiago Talavera, Miguel Scheroff, La Ruina y Jaime Alekos…).
«Cosmos», fotografía de Ruth Montiel Arias («Animalista»)
En algunos casos, es el contexto el que determina la lectura negativa, como en las fotos de «La caza del lobo congelado», de Ricardo Cases, de igual forma que (y eso lo sabe cualquier estudiante de audiovisuales), una música bien elegida aporta un dramatismo a imágenes que quizás no contuvieran esa intención, como en algunas de los vídeos del tándem La Ruina & Alekos. ¿Y dónde supera la pretensión periodística para convertirse en reflexión artística un vídeo sobre mataderos como el de Antonia Valero y Fabiola Simonetta? En la misma sala, obras poderosas como la mirada «humanizada» de Ruth Montiel, junto a las de Carmela García, colgadas de cualquier manera, y propuestas realmente menores.
En el tercer ámbito, el de Garrido, algunas «respuestas», que yo llamaría «propuestas» para intentar subvertir, o al menos corregir, determinados comportamientos (junto a actitudes que en absoluto buscan convencer al otro sino imponer lecturas unívocas): como las soluciones textiles sintéticas de Herida de Gato o los refugios de Wings of Heart o Gaia, al lado de acciones menos hortodoxas (como la declaración de Trigueros del Valle, en Valladolid, en el que los animales tienen los mismos derechos que los seres humanos, toque lleva a preguntarse muchas cosas) u obras, como las de Lidia Toga, Sergio Ojeda o Montse Carballo (la de esta última, casi no se puede contemplar debido al espacio de consulta que le han colocado delante), que podrían estar aquí o en la sala anterior (de hecho, no sabemos muy bien por qué se incluyen en este sector).
Dibujo de Santiago Talavera para «Otras tauromaquias»
Volvemos a la Real Academia de San Fernando, donde las tintas se cargan contra la tauromaquia, y se aprovecha el doscientos aniversario de los grabados de Goya sobre esta temática para hacer una relectura de su genio, que, sinceramente, hace aguas. Dicen los organizadores que si el de Fuendetodos viviera ahora sería «el máximo defensor contra esta barbarie». Hombre, eso, o un artista con «off-shorts» en Panamá (como hemos visto que existen), o un concursante de Gran Hermano haciendo «edredoning». Jugar a los futuribles es peligroso y tendencioso. De hecho, la lectura de algunos de los títulos de sus obras (que se mezclan con las de María Cañas, que hace fiesta, con su habitual material de archivo, de las heridas del animal «humano» torero; Eider Agüero y su noción equivocada de psicópata; o Eva Máñez, que con sus fotos de aficionados no sabemos si ensalza o denuncia), lo descubren como un gran conocedor de la lidia. Sí hay que reconocerle a esta cita un temperamento más calmado y la capacidad para abrir el abanico a otras actividades en teoría igual de censurables como el uso de reses en fiestas locales (el adjetivo «religiosas» de Rolland y Carbajal sobra), con una acción por parte de Gladiadores por la Paz para llevar libros a Tordesillas (¡Ay, el Toro de la Vega!), y llamar incultos a todos sus habitantes, y un vídeo, el de Chus Gutiérrez y El Niño del Elche, en el que desde una lectura positiva de otro tópico (el del flamenco) se desmonta un tercero.
Precisamente El Niño de Elche protagonizó otro evento en el Museo Reina Sofía el miércoles 18 de mayo, a donde volveremos el 30 de junio para escuchar a un reconocido animalista como es J. M. Coetzee. Y es que las ramificaciones del festival son muchas y diversas: encuentros, acciones para niños, cinetecas, festivales de cocina vegana, ciclos de poesía… En galerías, restaurantes y sedes oficiales. Sin duda, el animalismo tiene mucho que aportar. Quedémonos con lo mejor. No seamos burros.
Detalle del montaje de Enrique Marty para «Animalista» en La Casa Encendida
«Capital Animal». Distintas sedes. Madrid. Comisarios: Rafael Doctor, Ruth Toledano y Concha López. Http://capitalanimal.es/. Hasta finales de junio