Crónica de Art Lima 2016

Art Lima se redescubre a sí misma con ayuda de Madrid

Hasta el domingo pasado, la cuarta edición de Art Lima se propuso seducir al nuevo coleccionista peruano con una edición hecha a su medida. Para ello, contó con un aliado excepcional: el arte español

Algunos de los integrantes de la delegación madrileña en Art Lima 16 (Foto: J. D.-G.)

Parece como si la ciudad de Madrid y la de Lima hubieran estado predestinadas en estas jornadas. No en vano, el aeropuerto de esta última, el Jorge Chávez, ha de buscarse en la municipalidad de Callao, nombre de una de las plazas más famosas de la capital española. Y otro de sus «barrios» con más personalidad –aquí todos ellos funcionan de forma casi autónoma– es el de San Isidro. Con la iglesia y sus patrones hemos topado.

Por eso no puede extrañarnos que en Art Lima, una de sus dos ferias de arte contemporáneo (la otra, PARC, con un año más de antigüedad, coincide en fechas con ella) hayan recalado estos días hasta seis galerías españolas más dos proyectos instalativos en lo que se denominó City Art Projects Madrid, lo que convirtió la capital española en ciudad invitada del salón.

Este sector, comisariado por la también madrileña Eva Ruiz y su empresa Arternativ, con el apoyo de AECID, era un buen punto de partida para introducirse en esta cita que celebró su cuarta edición hasta el domingo pasado. Un ámbito, además, que elevó el nivel medio de toda la feria y del que formaron parte firmas como Moisés Pérez de Albéniz (soberbias las aportaciones de Santiago Giralda y las “exaltaciones nacionalistas” de Antoni Muntadas); las reflexiones sobre el paisaje en Cámara Oscura de la mano de Ellen Kooi, Elina Brotheurs o la pintora Irene Sánchez Moreno(“¡Sus montañas parecen del Perú!”, gritaba emocionada una espectadora en una de las primeras jornadas); la crítica soterrada de FranqueloGema Ruipérez y Rosalía Banet en Twin Gallery; o el equilibrado estand de NF galería, con obras de Pipo Hernández, Mateo Maté o el mexicano Moris, que al comprador latino había que entrarle por los ojos.

Detalle del estando de la galería Lume en Art Lima 16
Detalle del estando de la galería Lume en Art Lima 16

A su lado, Pilar Serra (con el peruano Miguel Aguirre, uno de los artistas “pluriempleados” de esta edición, también presente en PARC y en otras dos exposiciones de la ciudad, como la de Lucía de la Puente); Ponce+Robles (en el que jóvenes como Maíllo, Aggtelek o Irene Grau maridaban bien con un veterano, Manuel Caeiro); y los monumentales proyectos de Andrea Canepa en Rosa Santos (la galería es valenciana, pero su artista, limeña, muy vinculada a Madrid) y Robert Ferrer, en Espacio Valverde, y que ha sabido sacar provecho a la feria.

No es para menos, ya que en ella, de nivel correcto y discreta presencia del arte más político, han primado la pintura y la escultura, y, dentro de estas, las corrientes más geométricas y abstractas. Esta es la base sobre la que pilotaba otro de los proyectos comisariados, el de Isabela Villanueva, en la sección que se vino en llamar “Pioneros”, protagonizado por grandes nombres de la plástica, fundamentalmente latinoamericana. Quizás la excepción –y la sorpresa– la marca el checo Stanislav Kolibal, de la londinense Frameless, bien flanqueado por Carlos Cruz-Díez (Marion Gallery), Pedro de Oraá en Tresart (Miami) o la Liliana Porter de Espacio Minimo.

Si se dan cuenta, había otras galerías madrileñas (y españolas) en esta edición. Hasta 13 expositores (el total asciende a 64 firmas), lo que nos convertía en el segundo país más representado en una feria que mira y mima al comprador local o próximo (léase “latinoamericano”), y en la que cuesta encontrar nombres de otras latitudes. A las mencionadas Espacio Valverde (Jorge Diezma Elena Bajo parten la pana) y Espacio Mínimo, se añadían ATM (Kepa Garraza y Jesús Herrera asaltan allí al visitante), Fernando Pradilla (no se pierdan el proyecto “surrealista” de Álvaro Barrios, las cajas de Manuel Calderón o la fotografía arquitectónica de Germán Gómez); Xavier Fiol (difícil decidirse por Ñaco Fabré o Santiago Villanueva); y Casado Santapau, en su comité de selección y con buenas piezas de Aldo Chaparro y Alexander Arrechea Destaquemos también aquí y por atreverse con artistas nacionales a la colombiana Casa Cuadrada, que representaba, entre otros a Rafa Macarrón o Javier Vázquez y que estaba siempre llena.

“Pajaródromo” de Cristian Salineros en Patricia Ready
“Pajaródromo” de Cristian Salineros en Patricia Ready

Queda por mencionar el último sector comisariado de esta feria, el denominado Plataforma, para galerías menores de cuatro años seleccionadas por Mariela Velasco (y se alcanzaba así el pleno de féminas con dotes de mando en un salón dirigido por Rochi del Castillo), en la que la juventud no siempre era sinónimo de calidad o experimentación. Destaquemos de allí a Portas Vilaseca, de Río de Janeiro, Bufeo de Callao, la bogoteña Carne Ik Projects, a caballo entre esta ciudad y Sao Paulo.

El resto de la feria, que tiene como particularidad el desplegarse en un escenario más que singular (la Escuela Superior de Guerra del Ejército del Perú, lo que provoca excelentes cortocircuitos, como ver a militares “desfilando” casi literalmente en sus instalaciones, las marcas de un helipuerto en su suelo o la presencia de una pequeña exposición dedicada a una figura destacada en la carrera militar peruana como Francisco Bolognesi), se ve sin dificultad, en una entrega con mayores altibajos cuando uno subía a su piso superior, y que algunos visitantes (hasta 14.000 en la edición del año pasado) asumía que “continuaba” en PARC. Allí, aunque con más frescura y algo de riesgo, el nivel era similar (lo mejor eran sus solo projects, con la española Trinta entre los participantes), aunque el número de expositores se reducía a la mitad.

Dicen los expertos que las verdaderas ventas se cierran en la feria de Chorrillos entre el sábado y domingo. Los precios medios se situaban entre los 3.000 y 8.000 euros. Hasta entonces, convenía detenerse en espacios como el de la mexicana Enrique Guerrero o el de la brasileña Lume; descubrir a un kuwaití –Ibrahim Ahmed– en Nosco (Londres); reparar que en Impakto… ¡todas las obras eran de color azul o ahí se andaban!; reencontrarse con Sandra Gamarra, en Isabel Aninat; fotografiar, una vez más el “pajaródromo” de Cristian Salineros en Patricia Ready o paladear en el mismo espacio las cajas de luz de Alfredo Jaar en una edición poco dada a la foto y la instalación y aún menos al vídeo (Verónica Wiese o Sonia Cunliffe, la excepción: de nuevo ganan las mujeres).

Detalle del estando de la galería D'Museo
Detalle del estando de la galería D’Museo

O aprovecharse de su bien pensado programa paralelo, que ha llevado a los VIPs y otros amantes del arte al MALI, al espléndido espacio de Lucía de la Puente, al museo de Mario Testino, a la casa Fernandini (un solar palaciego al que tan bien sentaban las obras de Chaparro o Ximena Garrido Leca).

También al Centro Cultural de España en Lima, donde nuestro país volvía a ser protagonista con la muestra de vídeo “El poder de la palabra”, comisariato por Proyector (Eugenio Ampudia, Ignacio Uriarte, Félix Fernández…), junto a los homenajes por estos pagos, en forma de cómic o de lectura del “Quijote”, del IV Centenario de la muerte de Cervantes. O, simplemente, dejarse ver y ser visto. Y fotografiarse. El hedonismo tributa igual en este y el otro lado del océano. No importa que une esté empezando a familiarizarse con el arte o lleve ya tiempo rendido a sus pies.

Texto publicado en ABC.es el 23 de abril de 2016

Madrid, ciudad invitada en ArtLima

Madrid, ciudad invitada en ArtLima

Madrid es ciudad invitada en la feria de arte de Lima esta semana. Pero detrás de esta decisión se encuentra un novedoso plan de promoción español: City Art Projects

Una de las obras de la galería Nieves Fernández, participante en Art City Projects en Lima
Una de las obras de la galería Nieves Fernández, participante en Art City Projects en Lima

Estamos más o menos acostumbrados a que las ferias de arte internacionales reserven un sector a una ciudad o país invitado. ARCOmadrid abrió la brecha en los ochenta con Bélgica hasta hoy, e incluso se atrevió con una urbe, Los Ángeles, en época de Lourdes Fernández. Por ello, que Madrid sea la capital invitada a Art Lima (que celebra su cuarta edición desde este jueves) no debería llamarnos tanto la atención (lo que no implica que nos congratulemos por ello), aunque sí que es novedosa la fórmula para que esto sea así.

Para no complicarles mucho el asunto, les diremos que lo que recala esta semana en la capital peruana es una selección de seis galerías españolas (Moisés Pérez de Albéniz, Ponce+Robles, Pilar Serra, Cámara Oscura, NF Galería y Twin Gallery) más dos proyectos específicos (los de Andrea Canepa, junto a Rosa Santos, y Robert Ferrer, con Espacio Valverde) en lo que se vendrá a llamar Madrid City Art Projects y que comisaría Eva Ruiz a través de su empresa de promoción cultural Arternativ. De lo que se trata, por tanto, es de un proyecto que su responsable «empotra» en la feria limeña, como si de un gran puzle se tratara, al que llega una nueva pieza que encaja a la perfección, pero que otros pensaron para ella.

Una de las obras de Tito Pérez Mora (Twin Gallery) en Art Lima
Una de las obras de Tito Pérez Mora (Twin Gallery) en Art Lima

«City Art Proyects (CAP) es un proyecto cultural en la línea del programa Art Basel Cities, de la feria suiza, que ofrece a ciudades y ferias de arte locales trabajar en conjunto para desarrollar eventos culturales de resonancia internacional –explica Ruiz–. A mí se me ocurre CAP antes de leer sobre esto, fruto de mis viajes durante cuatro años como coleccionista por las grandes ferias y de conocer de primera mano las necesidades del sector galerístico, sobre todo el de mi ciudad». Para la directora de Arternativ, si bien la tendencia ahora es que las mega galerías abran franquicias por todo el mundo, «hay firmas medianas, más modestas, que tienen que desembolsar un gran dinero para hacer ferias internacionales y tener presencia en diferentes lugares, y culturas más débiles que merecen ser reconocidas». Ruiz y su equipo recogen de forma global pequeñas acciones individuales con estrategias similares, lo que reduce gastos y potencia la visibilidad de un colectivo.

«En realidad Lima es un capítulo de un proyecto más amplio para el que nos hemos querido dar cinco años. Queremos llevar Madrid a otros contextos –Dubai, China– sin que ello suponga un costo elevado para los galeristas implicados, ni el destino sean ferias tradicionales al uso, sino ámbitos enriquecedores para ellos», señala.

Si ha optado por Lima (donde, fuera de este programa, pero en su salón, encontraremos a otras galerías madrileñas, como Casado Santapau –que forma parte de su comité de selección– o Espacio Mínimo, y españolas, como ATM o Xavier Fiol) es por varios motivos: «Primero, por la siempre conexión natural entre España y Latinoamérica. Sin embargo, preferimos llegar a países no tan “tocados”, pero sobre los que sí que se están generando grandes expectativas. De hecho, es muy probable que Perú sea pronto país invitado en ARCO».

Fotografía de Julia Fullerton Batten (Cámara Oscura) en City Art Projects de Lima
Fotografía de Julia Fullerton Batten (Cámara Oscura) en City Art Projects de Lima

De esta opinión son los galeristas de Ponce+Robles, que estuvieron en 2015 en Lima «por su cuenta», y ahora lo harán en este sector. Ellos llevarán hasta allí a Maíllo, Irene Grau y Aggtelek: «Su mercado está como el español en los años 80, aún por definir, pero la de Lima es una feria hecha por gente “con ganas” para gente “con ganas”. Nos van a mimar mucho y, a la vez, hacemos marca España. Habríamos ido igual si Madrid no estuviera invitada».

Marca «España». ¿Tiene Madrid una «cultura propia»? ¿Por qué no ha apostado CAP por una marca más consolidada como la barcelonesa? Responde Ruiz: «Trabajé en Madrid como galerista, pertenecí a su asociación de galerías, por lo que la conozco bien y es mi ciudad. Conozco las necesidades de su sector, que, además, es el del español, por el grueso de su mercado en el conjunto». Además, interesaba el apoyo que llegara tanto de lo privado como de lo público, «para eso hacen falta instituciones, museos. Esto no se puede hacer sin dinero, también público (AECID es su principal valedor, después de que la situación política nacional hayan dejado a muchos agentes «ilusionados» por el camino), sobre todo porque estamos vendiendo cultura, promocionando una ciudad».

Rosalía Banet (madileña), Tito Pérez Mora, Manuel Franquelo y Gema Rupérez acompañarán a la Twin Gallery en esta, su primera incursión en Iberoamérica:«Para una galería española estar en este lado del mundo no es fundamental, pero sí interesante. Apostamos por Lima porque es una feria accesible y por la seguridad que da hacerlo de esta forma, acompañadas de tan buenas galerías. Es un honor para nosotras». Este punto fue el que terminó de convencer a Pilar Serra o Cámara Oscura, que ya llevaban tiempo deseando saltar a Perú. La mallorquina lo hará con Eduardo Nave y Daniel Verbis, entre otros. Juan Curto, con un plantel internacional (Solange Adum, Ellen Kooi, Elina Brotheurs…) y femenino: «Los españoles tenemos buena prensa, por lo que espero que seamos bien acogidos. Es mucho mejor viajar allí así que a tu aire. Esta fórmula da más visibilidad. El problema es que allí están ahora en plenas elecciones y la incertidumbre, el qué va a pasar, siempre perjudica al bolsillo».

Maíllo (Ponce+Robles) culmina una obra para Art City Projects
Maíllo (Ponce+Robles) culmina una obra para Art City Projects

Esa incertidumbre, en España, es la que ha reducido lo que iba a ser un programa más global de arte, literatura, gastronomía, a «una ayuda para galerías», reconoce Ruiz. Aún así, el desembarco de estas firmas se complementará con un programa destinado a coleccionistas de la asociación 9915, así como una expo en la ciudad de Ximena Garrido Lecca, promovida por Arternativ, y un segundo programa de vídeo-arte español («El poder de la palabra» con, entre otros, Eugenio Ampudia, Valcárcel Medina, Ignacio Uriarte, Félix Fernández, Karmelo Bermejo…), en colaboración con Proyector y en el edificio de AECID en Lima, sede además del Premio Bienal de novela Mario Vargas Llosa. La muestra «Miguel EN Cervantes» celebrará allí el IV centenario de la muerte del escritor.

Desde NF, que ya apuesta por MACO en Latinoamérica («si nos fuera bien en Lima no abandonaríamos México, sino que simultanearíamos ambas ferias»), y que presentará obra de Mateo Maté, Pipo Hernández y Moris (este último es su baza latina) se alaba la buena organización de CAP: «Nuestro esfuerzo, compensa. Ahora solo falta que el comprador latino, que sigue siendo muy fiel solo a lo suyo, se abra. Vender en tu primera edición de una feria es difícil, pero queremos aprovecharnos de una energía que se siente allí y que falta aquí»

CAP nace esta semana con vocación de seguir creciendo y hacerlo en dos direcciones: «Queremos seguir llevando Madrid a otros destinos, y Chile ya se ha interesado por el proyecto. Pero también –concluye Ruiz– deseamos que lugares a los que ya hemos llegado, como Lima, permitan realizar la misma acción con otros agentes de Madrid o con otra ciudad española».

Una de las obras de Andra Canepa (Rosa Santos) en la feria de Lima
Una de las obras de Andra Canepa (Rosa Santos) en la feria de Lima

Texto ampliado del publicado ABC Cultural el 16 de abril de 2016. Número 1230