Balance de ARCO’23

ARCO’23: Vamos a tocar un rock&roll a la plaza del pueblo

Cierra la 42ª edición de ARCOmadrid con homenajes a un Mediterráneo simplista y cabeza de turco de todas las miserias del sector

No falla. Esto es España. Y para cualquier cosa necesitamos una ‘punching bag’ sobre la que cargar nuestras iras. En el caso del arte contemporáneo, ese papel de mano inocente la cubre con creces ARCO: que si donde había mujeres ya no las hay (por los Proyectos de Artista de este año, una veintena, ámbito en el que se ha cometido ‘la osadía’ de dejar entrar a seis caballeros); que si no hay mujeres por ningún lado (entre un 7 y un 30 por ciento en ARCO, según los datos de AVAM, un dato a todas luces desactualizado); que si no hay ‘piezones’ y aquí comemos de menudeo; que si faltan galerías (y artistas) de España, de Armenia o de Camboya, o que si hay demasiadas de Camboya, de Armenia o de España…

Parece que la que mejor ha entendido esta esencia patria ha sido Marina Fokidis, la comisaria de ‘Mediterráneo’, el regreso de un área geográfica a la feria, y una de las grandes apuestas comisariales de la edición. Ella ha convertido esta parte del mundo en una plaza, en un mercadillo, en el lugar en el que los nativos hacemos lo que mejor sabemos hacer: poner a caldo al de al lado. Lástima que haya perdido la oportunidad de hacer un buen mapeo de la realidad de esta pequeña pero tan trascendental parte del mundo, en la que cada año mueren cientos de personas intentando alcanzar la costa opuesta (y siempre en la misma dirección).

Dice la comisaria griega que no quería hacer ‘poornography’ (algo así como pornografía con la desgracia de los desfavorecidos, pagadas a golpe de talonario). Está en su derecho. Pero resulta curioso que un sector como el artístico, que está siempre a la que salta para meter el dedo en el ojo y denunciar injusticias, haga precisamente aquí de tripas corazón y mire para otro lado. El Mediterráneo es redondo como la falda de un derviche, redondo como la de una cantaora flamenca. Ella lo ha dicho. Se ve que alguien le tiene que explicar también cuál es la forma de los salvavidas… Precisamente mientras ARCO se clausura, 60 personas, entre ellas un bebé, mueren al naufragar su patera frente a las costas italianas. ¡Ay, Marina!

«El lago de los cisnes», de Cristóbal Tabares en el estand de ABC Cultural

Y mira que podríamos aprovechar todas las sinergias que genera la feria, todo el calor que irradia y desprende en la ciudad para hacer algo gordo entre todos. El galerista Moisés Pérez Albénizme habla de una Bienal para Madrid. ¿Por qué no? Ganas de hacer cosas se ve que no faltan.

En cambio, hemos aprovechado esta entrega, la 42, para poner a parir a Picasso (en su aniversario) a través de ‘avatares’ del mismo (Julio Anaya, Orlan, Eugenio Merino…), sin muchos picassos en los pasillos de Ifema (y quien dice picassos dice Jeff Koons que se puedan romper, u otros artistas de esos que pulverizan precios. Aquí nos contentamos con los dos millones y medio de un Miró). Eso dice mucho de en qué liga juega esta feria, que, por otro lado, ha vuelto a ser más cálida, más optimista, que se ha gustado a sí misma. En peores plazas hemos toreado.

Texto publicado en ABCdeARCO el 26 de febrero de 2023

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