Tras veinte años de profesión y diferentes estudios, la escultora Esther Pizarro tenía perfectamente claro como sería su taller ideal. Y se puso a construirlo. Este se levanta ahora a las afueras de Madrid, y es también vivienda de su moradora

Esther Pizarro nos invita gustosa a visitar su estudio a las afueras de Madrid, pero nos pide sólo un favor: que lleguemos antes de la caída del sol. Hemos quedado por la tarde, ya que por la mañana, sus obligaciones en la Universidad Europea tienen entretenida a la escultora. El tráfico en la capital, casi en la víspera de un macropuente, casi nos frustra en nuestra intención, pero al final lo conseguimos. No tardamos en dar con la vivienda de Pizarro dentro de su urbanización. Las vallas que la rodean sirven de pista y guía: son planchas recicladas de un proyecto anterior de la artista. Imposible perderse pues. Cuando las traspasamos y bajamos a su estudio entendemos el porqué de su petición: las vistas allí son maravillosas, con el taller abierto y rodeado por la Naturaleza. La luz natural, en su interior de cemento, hace el resto. Continuar leyendo «El estudio líquido de Esther Pizarro»