«Era cuestión de tiempo que lo inmaterial se convirtiera en mi profesión»
Déle usted un mapa a Miguel Ángel Benjumea y déjese perder en la cartografía que es capaz de elaborar a partir de él. Reflexiones sobre el contexto, las migraciones, las fronteras… El gaditano es de esos artistas que «Darán que hablar»

Nombre completo: Miguel Ángel Benjumea. Lugar y fecha de nacimiento: Cádiz, 1982. Residencia actual: Madrid. Estudios: Licenciado en Bellas Artes, Máster en Artes Visuales e Intermedia y doctorando por la UPV (Universidad Politécnica de Valencia). Ocupación actual: Es artista visual y compagina su trabajo como creativo estratégico en la agencia Barrabes Meaning.
Qué le interesa. Mi trabajo se centra en un campo híbrido en el que se encuentran elementos que provienen de varias estrategias de producción cultural, como el desplazamiento, el archivo, los mapas, la microhistoria y la representación del territorio (frontera y migraciones). Me interesa desechar y abandonar la idea del mapa eterno en favor de piezas y cartografías, donde se debatan y discutan simbologías múltiples. Fundamentalmente, mi discurso se centra en la necesidad de apuntalar propuestas críticas que evidencien las contradicciones del sistema social y político, así como la necesidad –desde diferentes dispositivos– de reescribir la geografía.
De dónde viene. Aparte de exposiciones colectivas en varios espacios alternativos y emergentes, me ha interesado mucho participar en proyectos y certámenes de intervención sobre el espacio público como la Mostra d’Art Públic de València, donde he desarrollado intervenciones «site specific» durante tres ediciones, especulando y cuestionando con diversas problemáticas. Asimismo, a través de becas y residencias, he pasado por varias instituciones. En Nueva York lleve a cabo «Terraine Vague», sobre áreas abandonadas que rodean espacios y edificios obsoletos, improductivos y sin límites determinados, en el área industrial de Brooklyn. También en agosto de este año, he sido residente en «Estudio Aberto», un proyecto de residencias artísticas que organiza la Red Museística Provincial de Lugo, coordinado por Paula Cabaleiro y Encarna Lago, que culminó con una exposición en la Sala de la Diputación.

Supo que se dedicaría al arte desde el mismo momento que… Creo que es algo que me ha acompañado desde pequeño. Siempre he sentido fascinación por las artes plásticas y por todo aquello que gira en torno a la creatividad. También el que en mi familia haya intereses artísticos, como la música y el flamenco, por parte de mi padre, y el ballet, en el caso de mi hermana Mar, ha influido notablemente en que lo inmaterial se convierta en mi profesión, en algo necesario, en parte de ti. Con el tiempo también me ha interesado la capacidad que tiene el arte para desarrollar un discurso crítico sobre la crisis del modelo de modernidad occidental, en el que las problemáticas políticas se han globalizado.
¿Qué es lo más extraño que ha tenido que hacer en el mundo del arte para «sobrevivir»? No hay vez que junto con mis amigos artistas (los de toda la vida y los que voy conociendo por el camino), entre cerveza y cerveza, no salga este tema de conversación. Recuerdo durante mi etapa universitaria ser animador en hoteles durante la temporada estival, trabajar en comedores infantiles, extraescolares… ¡Hasta tengo un amigo que fue mascota en la inauguración de un supermercado! Al final, este dinero servía para poder enmarcar obras o producir piezas de mayor volumen. Eso sí: cuando no hay, ante la escasez de medios, aparecen otras fórmulas domésticas –como papeles plegados, materiales usados, intervenciones callejeras…– que dan resultados más frescos y te llevan por caminos muy enriquecedores. Cosas que nunca te habías planteado hasta ese momento.

Su «yo virtual». Tengo una web personal (www.miguelbenjumea.com), una cuenta de Twitter, donde publico aquello que me interesa y critico lo que me enerva. Facebook lo uso para no perder el contacto con mi red, y, por supuesto, utilizo Instagram, que quizás sea la red que más me guste porque es una potente agenda visual de talento y tendencias. Nos permite exhibir nuestro trabajo y recibir «feedback» sin una maquinaria de márketing detrás. Sigo a muchos artistas emergentes que me interesan y también a consolidados, por ejemplo, Ai Weiwei que usa IG para continuar su activismo político y desarrollar proyectos colaborativos con voluntarios repartidos por todo el mundo.
Dónde está cuando no hace arte. Me gusta leer, coleccionar pequeños objetos, viejos mapas que encuentro por eBay y buscar entre escombros y basuras callejeras, a ver si aparece algo que puedo rescatar y descontextualizar…. Precisamente, el proyecto «Éxodo» parte de una colección de viejas diapositivas, fechadas en los años 70, que encontré en la basura y que me han servido para trazar una cartografía corporal entre España y México, una travesía que reconstruye diferentes aspectos de los flujos migratorios. Asimismo, en estos últimos meses, una de las actividades en las que más tiempo he invertido ha sido en mi tesis doctoral titulada «Cartografías disidentes. Fenomenologías urbanas, mapas y transgresión artistica», que presento a finales de este año, y donde investigo las direcciones y formalismos que el género cartográfico ha reivindicado en la figura del mapa como dispositivo en el arte contemporáneo.

Qué se trae ahora mismo entre manos. Suelo trabajar en varios proyectos a la vez. A veces necesito abandonar parcialmente uno para tomar distancia crítica y reformularlo. Próximamente, en diciembre de este año, se podrá ver en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela «Homo Ludens», una intervención creada junto con Román Corbato y que convertirá las Torres Hejduk en un nuevo paisaje a través de dos conceptos básicos: plástico y aire. Un proyecto formado por dos arquitecturas hinchables en forma de topografías, que responden a la necesidad social de un espacio colectivo a través del juego.
Asimismo, en febrero de 2016 participaré en la feria internacional de arte emergente We are fair!, un proyecto de Factoría de Arte y Desarrollo, donde junto a mis compañeros Ana Arregui y Juan Antonio Cerezuela, intervendremos en una habitación de hotel con un «site specific». Mi propuesta girará en torno a la banalización del Estado del bienestar en la Unión Europea.
Le gustará si conoce a… Siempre tengo presente al Situacionismo y sus fórmulas sobre la ciudad; la resistencia y disidencia de Elías Adasme y Artur Barrio, así como a Lorena Wolffer, Alfredo Jaar, Francis Alÿs, Mark Lombardi, Maya Linn, Santiago Sierra, Eric Baudelaire, el colectivo francés Claire Fontaine… También me interesa el discurso de muchos artistas de mi generación como Françoise Vanneraud, Rafael Zaragozá, Román Corbato, Teresa Solar y Lúa Ribeira, entre otros.

¿Cuál es su obra favorita hasta el momento? Hay proyectos que aún pasado el tiempo siguen teniendo entidad y vigencia en mi discurso, como fue el caso de «¿Habitas o transitas?», una intervención sobre el espacio público que desarrollé en Valencia. En cierta manera, varios proyectos guardan y encierran ciertas leyendas que han hecho que crezcan en un sentido u otro, como «¿Qué hace que un Estado sea un Estado?», donde, a partir de banderas, se profundiza en la idea de nación, exponiendo una serie de paradojas sobre cómo se construye un Estado y a partir de qué criterios puede existir; o «Viaje alrededor de mi cuarto», un «work in progress» que inicié hace unos meses junto a otro artista (y del que no puedo contar muchos detalles), y que se basa en una relación epistolar a través de registros domésticos, «frottages» sobre papel obtenidos del espacio íntimo que habitamos cada uno.
¿Por qué tenemos que confiar en él? No creo que la cuestión sea aportar algo novedoso en el campo de las artes visuales. Me interesa la capacidad que puede tener un proyecto o pieza determinada para generar un discurso ante el espectador, o bien el efecto que puede tener para sobredimensionarse o ser apropiado por la esfera pública. En este sentido, quiero hacerme eco de problemáticas que están mediatizadas o bien me afectan personalmente, como el desorden geográfico mundial, las líneas de frontera, los flujos migratorios, el desarraigo, la identidad nacional…
Texto original publicado en ABC.es el 9 de noviembre de 2015