Un día de los museos sin museos
Bajo el lema «diversidad e inclusión», el próximo lunes se conmemora el Día de los Museos. Lo compartimos con tres centros –aún cerrados– que este año están de aniversario: ¿Qué celebrar?

La casualidad –que a veces es tremendamente sarcástica– ha querido que el próximo Día Internacional de los Museos caiga en lunes, jornada de la semana en la que la mayor parte de estos centros están cerrados. Esta año, además, casi todos llevarán confinados desde hará dos meses, lo que no significa que haya cesado su actividad, aunque esta se haya desarrollado a puerta cerrada, lejos de la mirada de sus visitantes.
«En estas diez semanas, estos espacios en España han seguido organizando toda aquella intendencia que no puede parar en este tipo de instituciones –puntualiza Juan Antonio Álvarez Reyes, que además de dirigir el CAAC de Sevilla, es presidente de ADACE, la asociación que representa en nuestro país a los directores de museos–: departamento como los de seguridad, mantenimiento, limpieza de instalaciones o conservación de obras no podían verse afectados. También este ha sido un momento crucial para reorganizar programaciones y actividades, intentando no cancelar nada, sino retrasando, o adaptando a nuevos formatos lo ya cerrado. El teletrabajo también ha funcionado y ha sido básico para las administraciones, para que se siguiera insuflando dinero al sector: pagar catálogos, producciones, subcontratas… Este es ahora un gran puzle en el que es difícil encajar piezas, donde las limitaciones para viajar y realizar préstamos lo dificulta mucho todo».

No está claro cuándo todas estas intituciones volverán a reencontrarse con sus públicos. Lo que sí es seguro es que se hará de manera escalonada (en función de en qué fase se encuentre cada región en su desescalada) y atendiendo a estrictos protocolos de seguridad sanitaria. El Centro Botín, en Santander, ha sido el primero, desde el martes 12. La efemérides del 18 sirve de pistoletazo de salida para que le secunde el IVAM. Pero, ¿qué panorama se encontrarán cuando esto suceda?
«Ya éramos unos cuantos los que nos cuestionábamos ciertos modelos basados en lo espectacular, en el nomadismo cultural –explica Manuel Borja-Villel, director del Museo Reina Sofía, pieza clave en el engranaje nacional–. La pandemia nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la Naturaleza y también a desarrollar nuevas políticas de cuidados y de afectos». Para Ferran Barenblit, su homólogo en el MACBA de Barcelona, este es un momento perfecto para «escuchar a los artistas». Así lo defiende: «Los museos son ahora más necesarios que nunca. Nunca volveremos a la normalidad anterior, no por problemática, sino porque era un ideal inexistente. En un periodo de incerteza como este, a la sociedad y a los museos les corresponde defender lo construido hasta ahora y proyectar sueños colectivos. La solidaridad se ha expresado en términos de cuidados estos días, peo lo urgente no nos debe hacer olvidar lo importante. Tampoco en el arte».
Para Inmaculada Corcho, responable del Museo ABC, el trabajo será duro. «Sobre todo para ese diez por ciento de museos que, como el nuestro, no pertenece a la administración pública y no tiene aseguradas las vías de financiación. No olvidemos que los primeros ERTEs en el sector llegaron de la Fundación Miró en Palma y la Fundación Tàpies. Nosotros navegamos en el mismo barco. Además nos pilla entrando en el verano, que no es ninguna tontería, y sin turistas».

Sin embargo, también en sus palabras, «hay ganas»: «Tanto por nuestra parte como por la de nuestros visitantes. El reto ahora estará asimismo en que las nuevas medidas –mascarillas, distancias de seguridad, aforos limitados– coarten lo menos posible una actividad que debe ser relajada y contemplativa y que pasa a ser menos de disfrute y bastante coercitiva».
En opinión de muchos de ellos, los públicos diferirán (por el momento, desaparecen los turistas, los colegiales…), se volverá a los contextos locales, lo que, para Álvarez Reyes, es para estos espacios una nueva forma de testarse y de generar comunidad. No será lo único que cambie. Este puede ser, al menos por una larga temporada, el fin de las exposiciones blockbaster, aquellas que se basan más en los nombres que en los contenidos (un modelo «poco habitual en España» para nuestros encuestados).
También, un punto y aparte de los museos interactivos o de las obras que precisan de la interacción con los públicos. En este punto, Borja-Villel saca a colación otra urgencia: «El aprendizaje siempre es colectivo y a través del juego. Ahora se nos junta la obligación de reinventar formas de espacios compartidos, sobre todo para que no se imponga el miedo al otro, para que no proliferen los policías de balcón. La salud es prioritaria. Y el Museo Reina Sofía fue un hospital. Es hora de volver a serlo». En torno a esta idea girará su propuesta para el Día de los Museos este lunes.

Y, con tanta barrera, ¿se impondrá otra manera de ver el arte en estos espacios? ¿Estamos condenados a disfrutar de Las Meninas o el Guernica en dos minutos y a distancia? El director de ADACE no lo cree: «Al revés. Ahora tendremos más tiempo para ver. Serán menos los visitantes. Y también vamos a aprender a apreciar lo más cercano, porque no podremos irnos muy lejos. El turista desaparece. Ocupemos sus espacios».
Lo que sí que han llegado para quedarse son las herramientas digitales implementadas en los museos. Y frente al abuso del que se pecó en una primera fase («no ha funcionado la traslación de la experiencia física a la digital –apunta Barenblit–. Lo que ha crecido es aquello que ya estaba pensado para la red, como nuestra radio web»), lo que toca es entrar en una nueva fase. Lo resume el director del Reina: «Igual que en los 90 idealizamos internet, que luego resultó no ser tan democrático, y tras la bulimia de tanta videollamada y tanto zoom, este es un espacio por conquistar porque permite otros tratos del tú a tú, otras formas de investigación y aproximación».
Las políticas neoliberales en EE.UU. y la titularidad privada de muchos museos allí se desayuna ahora con despidos masivos de personal en el MoMA, el Whitney o el MET. A menos ingresos, menos necesidad de plantilla. Esto no sucederá en los centros públicos en España, pero Álvarez Reyes nos prepara para la llegada de recortes:«Por eso nuestra insistencia desde la asociación para que se manengan los presupuestos acordados y para que aumenten las subvenciones nominativas. Porque, ademas, los museos somos una pieza clave en en entramado, redistribuímos dinero al sector: producimos obra, la compramos, exponemos y pagamos a comisarios, transportistas, montadores… Es el momento de apoyar al arte contemporáneo porque es el de nuestro tiempo y porque está vivo».

Los grandes centros estatales (donde se incluyen Reina, Prado y Museo Thyssen) no abrirán hasta el final de la fase 1, si es que Madrid la alcanza alguna vez. Los barceloneses barajan la segunda quincena de junio («y de forma conjunta. Hay que mandar un mensaje de unidad»). También los malagueños: Casa Natal de Picasso, Pompidou, Thyssen-Málaga… ¿Qué tenemos entonces, pues, que celebrar este lunes?
Para Inmaculada Corcho, «que seguimos aquí, y que ofertamos un gran patrimonio a disposición del que quiera disfrutar de él»; para el dirigente del MACBA, el lema de este año del Día de los Museos, «diversidad e inclusión», y que «seguimos siendo lugar de encuentro con la sociedad»; para Borja-Villel, «como diría On Kawara, que estamos vivos, y que el arte cura, pero de otro modo. Tenemos que hacer por estar sanos “con los demás”. Compartir, ahora, es fundamental, en todos los estratos. Que un coleccionista muestre su colección, aquello con lo que disfruta, ahora es casi una obligación».
Justo los tres centros consultados cumplen años este 2020: treinta el Reina Sofía; veinticinco el MACBA; diez el Museo ABC. Todos ellos son conscientes de que los nuevos tiempos alterarán sus propios fastos. Estaremos atentos.

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 16 de mayo de 2020