Compendio de citas ‘no instagrameables’ que deja el orgullo
‘De todos los colores’, un año más, sí, su misión es la visibilización de unos derechos, que son de todos, a través del arte

Y vuelve a escucharse como una letanía: «¿Otra vez el Orgullo?» . Y lo que le pide a uno contestar es: «Sí, ‘señore’, como todos los años hay celebración de fin de la liga, festival de Eurovisión, sanfermines, y hasta límite para presentar la declaración de la Renta». A lo que suele seguir: «Pero si ya podéis casaros. Y hasta adoptar. ¿Por qué hay que seguir ‘celebrando’? La pregunta, que suele ir acompañada en los más ‘cuñados’ de un «no existe un día del orgullo hétero», se responde con la tozuda realidad.
Escribo este texto días después de que dos gays sean tiroteados durante la celebración del Orgullo en Oslo (primer mundo. No les quiero ni contar lo que pasa en el tercero y el cuarto por declararse homosexual): No se trata pues tanto de visibilizar una condición (que también) cuanto de pedir que se respete. Que no se discrimine y mucho menos se mate por ella.
Y en esa concienciación social, la cultura jugará siempre un papel fundamental. También el arte. En torno a ese 28 de junio como kilómetro cero de reivindicaciones , visibilizaciones y celebraciones surgen un buen número de exposiciones y proyectos artísticos que se unen a la causa.

Comenzamos con las de las instituciones que no sacan la bandera arcoíris una vez al año, sino que llevan el reconocimiento de los derechos LGTBI en su ADN. Es el caso, por ejemplo, del IVAM , con una retrospectiva fabulosa de Zanele Muholi , una persona que se define como no binaria y que con su cámara documenta la dura realidad del colectivo en Sudáfrica (y por ello, en buena parte de la población negra); un país de un continente que a veces idealizamos y en el que la homofobia campa a sus anchas. También el CA2M , que en breve –desde el 7 de julio– inaugura la esperadísima y necesaria primera retrospectiva en España de Alexánder Apóstol , uno de los creadores más implicados en el estudio de las identidades (individuales, políticas) de Latinoamérica.
O Factoría de Arte y Desarrollo , en Madrid, espacio en el que todo lo referente a las ‘disidencias sexuales’ es ya marca de la casa. Estos días nos esperan con dos proyectos redondos: de un lado, la colectiva fotográfica ‘Intimais Teatris’ . Su comisario, Janis Ozols Ozolins, participó como cineasta y modelo de esa corriente que en las repúblicas bálticas, tras la caída del comunismo, encontró en el desnudo, prohibido hasta entonces, una vía de experimentación para la imagen. La muestra reúne así fotos de época por él atesoradas de creadores emblemáticos del momento en Letonia como Haralds Cerins, Gunars Binde y Aigars Jansons, a los que les responde una representante de la nueva generación, Solvita Cerecka. Por otro, su ‘300 Queer Market’ propone un mercadillo de arte gay tras una convocatoria abierta con piezas de menos 300 euros y autores como Deebo Barreiro, Gabriel Asensio, Diego de los Reyes o Alberto Cordón , entre otros muchos.

En el País Vasco, llevan ya rodando hace semanas dos citas loables. De un lado, ‘Una voz para Erauso’, de Cabello/Carceller en el Centro Azkuna (Bilbao). Visibilización de todas las faces de un personaje histórico más que conocido en la región por parte de un colectivo que tanta genealogía sobre los asuntos de género ha ayudado a crear en España. Del otro, Anna Dauciková en Artium (Vitoria), activista eslovaca interesada en la relación del cuerpo con la arquitectura y las construcciones, también de género, que todo esto concita.
En Madrid, despiertan por estas fechas espacios como el Museo Thyssen (donde vivimos el enésimo capítulo de la guerra de banderas en la presentación de los actos del Orgullo), que reactiva estos días sus visitas guiadas a la colección en clave LGTBI, y elMuseo Reina Sofía , que el día 6 habilita la ‘performance’ ‘Cerdas’, también en torno al cuerpo, de Carlos García de la Vega, Rodrigo García Marina y Rocío Simón , y que próximo fin de semana convierte el musical ‘queer’ en protagonista de la primera sesión del cine de verano de este año. ¿Perciben la estrecha relación entre arte LGTBI y cuerpo? No en todos los casos las redes sociales serán tan permisivas en la circulación de estas imágenes. Internet como el nuevo censor.

Y dos espacios nuevos en la capital a los que no hay que perder la pista. Arriaza 11, el estudio de Roberto González Fernández , imbrica series de este pintor de diferentes épocas con los trabajos actuales de creadores como Bartolomé Limón, Javi al Cuadrado, Alfonso del Moral o Guillermo Peñalver con el ‘cruising’ como telón de fondo y deporte de riesgo (también práctica de resonancias políticas y sentido lúdico). El segundo es Paisaje Doméstico, descentralizando el arte desde San Blas, que ha entrado de lleno en la programación de PHE (donde el único ‘signo gay’ este año es el repaso a la obra de Gorka Postigo que esboza Topacio Fresh como comisaria en Alcobendas. Tal vez el festival podría plantearse estas cuestiones como temática para años sucesivos).
Allí, sus responsables analizan a través del trabajo de autores como Pascual Rodríguez, Art Far Boys, Manuel Antonio Domínguez o Pablo Sola todos los matices de afecto entre dos hombres ‘cis género’ (en una crítica, además, a esa imposición de lo ‘queer’ y la etiqueta sobre la etiqueta); esto es, analizar la masculinidad en el contexto doméstico, poniendo para ello como escenario la casa de estos gestores culturales. Eso es ‘Tío Cis x Tío Cis’. Hablando de ‘casas’, Miguel Ángel Gaüeca analiza en Espacio Mínimo cómo estas se establecen en estructuras de poder, pertenencia e incluso identidad. Pertenecer a ‘la casa de’. De hecho, las ‘houses’ neoyorkinas surgieron para generar una red de protección y afecto en la comunidad LGTBI negra y latina y azotada por el sida en los ochenta.

¿Un clásico? Casa de Vacas , en el Retiro. Allí Pablo Peinado lleva ya una década organizando como comisario una muestra ‘en clave gay’ en estas fechas ya tórridas. Artistas como Tiberiu Capudean o Roberto González Fernández (el último en pasar por allí en 2021) ceden ahora el testigo a Pachi Santiago, que también lleva diez años ‘copiando’ a Claudia Schiffer, un ejercicio de apropiación que sirve para analizar los mecanismos por los que se rige la configuración de la indentidad y los procesos de identificación con los demás. Su exposición es la más ambiciosa hasta ahora del proyecto, que se inaugura con perfromance incluida el jueves 7 de julio, incluyendo nuevas piezas con el apoyo de EFTI .
Queda alguna cita destacable más: individual de Jean Carlos Puerto en Mad is Mad (el desnudo en la pintura figurativa); Cristóbal Tabares reivindicando a ‘las malas’ de la película en La Integral ; Lo Súper y Ladmuda, comisariados por Ricardo Recuero en Espacio DT alabando los márgenes, lo que queda fuera del estereotipo; Emilie Hallard en el Instituto Francés, ‘Sin dobleces’, en Casa Sur (con Marcelo Mendonça, Tomás Valdivieso, Alain Cugnenc, Mateo Fetén…)…

Y más allá de Madrid, ‘Queer Hispania’, bajo la batuta de David Trullo en Burriana; el Museo Marítimo y el de Arqueología en Barcelona; el MAM de Málaga; ‘Transparaiso’ de Andrés Senra, que ya se disfrutó hace unos meses en Madrid en Swinton & Grant, se instala durante algo más de un mes en Casa de Indias, en el Puerto de Santamaría (Cádiz)…
Trabajo por hacer queda: ¿Se dan cuenta de lo poco visibilizada que está también la mujer en estos ámbitos ? ¿No creen que hace falta «otro Día del Orgullo Gay»?

Texto ampliado del publicado en ABC Cultural el 2 de julio de 2022 Nº 1.526